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D. Joaquín se había ido a la chácara por una semana en compañía de tres o cuatro amigos. En las noches de jaqueca muchos tertulianos acrecentaban el mal de Rafaela, pero la visita de uno sólo podía aliviarla. Arturito acudió, pues, aquella noche, esperando tener la satisfacción de dar el alivio mencionado.

No es, pues, de extrañar que resbalase doña Nicolasita y diese en el suelo de hocicos. Gracias a las dos libras de yemas que se interpusieron entre su cara y las piedras no se despampanó la pobre. Sólo se hizo en la frente el chichón ya mencionado. Su terror fue inmenso y causa de su desmayo.

Los geólogos que han estudiado atentamente esa y otras neveras han apelado á diversas hipótesis, mas ó ménos fundadas, para explicar la extraña formacion que con tanta propiedad ha recibido el nombre mencionado.

El más provocativo de todos debió ser La Zarabanda. El P. Mariana le da tanta importancia, que consagra á combatirla un capítulo de su libro De spectaculis, diciendo que ella sola ha hecho más daño que la peste. En el impreso mencionado, además de La Zarabanda, se habla de otros muchos bailes parecidos, cuyos nombres provienen de las palabras, con que comienzan las estrofas que los acompañan.

Serían probablemente moros mudéjares los que la hicieron, y acaso de los mismos que tenia la catedral á su disposicion por el privilegio atrás mencionado.

Recordaba que, hacía ya tres o cuatro años, dos portugueses, uno de los cuales se llamaba Ruy Falero, habían ido a ofrecerse al soberano de España para ir a la India, navegando hacia Occidente, salvando el mundo de Colón y surcando juego el ancho mar descubierto por Balboa. ¿Llevaría la nave Victoria por capitán al mencionado Ruy Falero?

Luego volvió a acostarse, apagó la luz y se colocó cómodamente para meditar quizá sobre el contenido del mencionado documento, y para dormir al fin. A la mañana siguiente Inesita y don Braulio, mientras que doña Beatriz, menos madrugadora que ellos, estaba aún en cama, tuvieron una larga conversación acerca sin duda de la carta de Paco Ramírez.

Casi imposible, al menos para , que me considero incapaz de tamaña empresa, sería exponer aquí en resumen, con claridad y orden, lo más importante y sustancial del libro mencionado. Baste afirmar que el señor conde ha apurado la materia y ha logrado componer una verdadera enciclopedia taurina.

El tomo mencionado no lleva ningún título general, y son sueltas las tres primeras piezas que contiene, y por el contrario las siguientes, desde El Médico de su honra hasta la conclusión, llevan foliación consecutiva desde la página 1.ª hasta la 146. Acerca de este Médico de su honra, distinto del de Calderón, véase la nota en su lugar correspondiente.

Y le tendía la pluma, a pesar de no haberse mencionado en la conversación el propósito de escribir a persona alguna. No puedo, don Andrés. Soy un caballero, tengo mi palabra dada y no retrocedo venga lo que venga. El viejo sonreía con sarcasmo. todo lo caballero que quieras. Lo serás para esa mujer. Pero cuando rompas con ella, cuando te deje o la abandones no vuelvas a Alcira.