Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 27 de junio de 2025


Cuando Marisalada comunicó a su padre la resolución que había tomado de seguir el consejo que le diera el duque, el dolor del pobre anciano habría partido un corazón de piedra. Este dolor era, sin embargo, silencioso. Oyó los magníficos proyectos de su hija, sin censurarlos ni aplaudirlos, y sus promesas de volver a la choza, sin exigirlas ni rechazarlas.

Ni a las rosas de Pasión. Ni a las rosas de Jericó. Ni a las rosas amarillas. La voz clara y fuerte de Marisalada oscureció todas las otras gritando: A las rosas secas no las puedo ver. A las rosas secas exclamaron en coro todas las muchachas no las puedo ver.

A la mañana siguiente, cuando llegó Marisalada, al entrar en el patio, se dio de frente con Momo, que sentado sobre una piedra de molino, almorzaba pan y sardinas. ¿Ya estás ahí, Gaviota? este fue el suave recibimiento que le hizo Momo ; ¡sobre que un día te hemos de hallar en la olla del potaje! ¿No tienes nada que hacer en tu casa?

Stein aprobó mucho la propuesta y alcanzó de Marisalada que se prestase a ponerla en ejecución, prometiéndole en cambio ir a verla todos los días y divertirla con la flauta. Las disposiciones que aquella criatura tenía para la música, despertaron en ella una afición extraordinaria a su cultivo, y la habilidad de Stein fue la que le dio el primer impulso.

El mismo en cuerpo y alma contestó este. ¿Y Marisalada? preguntó ansiosa la tía María. ¿Y don Federico? preguntó Dolores. Ya los pueden ustedes aguardar hasta el día del juicio respondió Momo , ¡vaya que ha estado bueno mi viaje!, gracias a madre abuela, que me he visto metido en un berenjenal, que ya... ¿Pero qué es lo que hay?, ¿qué te ha sucedido? preguntaron su abuela y su madre.

Rosa llegó a la sala, y ¡cuál no se quedaría al ver a Marisalada asomada al postigo y oyendo al cantor con toda la atención de que era capaz! Entonces se persignó, exclamando: ¡Y todavía no ha cumplido trece años! ¡Sobre que ya no hay niñas!

Marisalada había logrado formar una especie de conspiración en las filas del batallón que señá Rosa capitaneaba. Esta conspiración llegó por fin a estallar un día, tímida y vacilante a los principios, mas después osada y con el cuello erguido; y fue en los términos siguientes: No me gustan las rosas de a libra dijo de repente Marisalada.

Los muchachos corrieron hacia Momo, quien de un golpe vació las alforjas, y de ellas salieron, como de un cuerno de la Abundancia, largas cáfilas de frutas de invierno, con las que se suele festejar en España la víspera de Todos Santos: nueces, castañas, granadas, batatas, etc. Si Marisalada nos trajera mañana algún pescado dijo la mayor de las muchachas , tendríamos jolgorio.

Tomadla, conde, tomadla matadme con ella vos, que aquesta muerte buen conde, bien os la merezco yo. Apenas hubo acabado de cantar, Stein, que tenía un excelente oído, tomó la flauta y repitió nota por nota la canción de Marisalada.

Stein refirió al duque sus campañas, sus desventuras, su llegada al convento, sus amores y su casamiento. El duque lo oyó con mucho interés, y la narración le inspiró deseo de conocer a Marisalada, al pescador y la cabaña que Stein estimaba en más que un espléndido palacio. Así es que en la primera salida que hizo, en compañía de su médico, se dirigió a la orilla del mar.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando