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Actualizado: 10 de julio de 2025


El mar estaba como una balsa de aceite, lo que llamaba la atención de los venezolanos, poco habituados a esa mansedumbre, tan insólita en aquella rada de detestable reputación.

Es que la barbarie no había sido suprimida por el cristianismo, sino trasladada desde el campo de la lucha por los bienes reales al campo de la lucha por los bienes ideales, perdiéndose en estética lo que se ganó en ética, en mentalidad y en virilidad lo que se ganó en castidad y en mansedumbre.

En efecto, estos animales acuáticos, por su mansedumbre y afabilidad, son muy aptos para infundir en el corazón del hombre risueñas ideas y sentimientos de paz, y a propósito, por tanto, para contrarestar la impresión fuerte y abrumadora que no puede menos de dejar en el ánimo un estanque de la magnitud de el del Retiro.

La querella entre el marqués de Lara, intendente de Huamanga, y el señor López Sánchez, obispo de la diócesis, fué la piedra de escándalo de la época. Su ilustrísima, despojándose de la mansedumbre sacerdotal, dejó desbordar su bilis hasta el extremo de abofetear al escribano real que le notificaba una providencia.

Son los villaverdinos un tesoro de virtudes. En su mirada se transparentan la mansedumbre y la benevolencia; es en ellos ingente la piedad, y al par de ésta sobresale la resignación. Pero el sentimiento religioso no es en las almas villaverdinas plácido y activo, sino, por lo contrario, lúgubre, apocado, meticuloso.

Después de haber aquellos malvados cometido esta bárbara traición, dieron sobre los compañeros del P. Joseph, los cuales, movidos ya, de sus palabras, y mucho más de su ejemplo, se dejaron matar sin la menor resistencia, haciendo este acto de generosidad y mansedumbre, cuando tan fácilmente, aunque tan pocos, se podían defender á mismos y al Padre con los mosquetes que traían.

Mi primo Currito volvió a embromarme sobre mi manera de cabalgar y sobre la mansedumbre de mi mula: me llamó teólogo, y me dijo que sobre aquella mula parecía que iba yo repartiendo bendiciones. Esta vez, ya con el firme propósito de hacerme jinete, contesté a las bromas con desenfado picante. Me callé, con todo, el compromiso contraído de aprender la equitación.

Consultó el caso con su capellán, un viejo fraile franciscano, que era a la vez el maestro de gramática de Ramiro, y le fueron aconsejados los remedios de la Iglesia: la plegaria, la penitencia, el recogimiento. El niño se sometió con mansedumbre, lleno de piadosa inquietud.

Qué malos somos cuando tenemos miedo!", dice Anatole France; y en efecto, los mismos animales domésticos, asustados, pierden ipso facto su mansedumbre, y se tornan aún más peligrosos que en el estado salvaje.

Así, notaba con admiracion que las culebras cambiaban de actitud, agitándose ó adormeciéndose, mirando con mansedumbre, con desconfianza ó con ira, alejándose ó acercándose, escondiéndose ó descubriéndose mas ó menos, según la diferente impresion que les producía la presencia ó la mirada, el olor, la voz ó la fisonomía de los concurrentes.

Palabra del Dia

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