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Actualizado: 1 de junio de 2025


Hízolo, comisionando especialmente á Francisco Salviati, Caballero de Malta, por embajador; y aunque en un principio se negó Selim á tratar del asunto, por ser la primera cosa que pedía su aliado al ascender al trono, la otorgó, y D. Álvaro fué á Francia en compañía de Salviati, y se restituyó á su casa.

Á los diez en la tarde, á hora de vísperas, llegó una fragata de Malta que inviaba el Maestre, y dió aviso cómo el armada del turco había hecho agua en el Gozo, isla ocho millas de Malta, y había partido de allí tres días había, cuatro horas antes que esta fragata partiese. Á esta isla del Gozo vino el armada desde Modón sin dar nueva de ni tocar en otra banda.

En este medio tornaron las galeras que habían ido á Mesina. El Visorrey, fastidiado de haberse detenido tanto en Malta, dió priesa á la partida, y á los 9 de hebrero se salió de casa del Maestre sin despedirse dél ni hablarle, se fué á embarcar. El Maestre quisiera tornarle aquella noche á casa y no pudo.

Poniéndose á atravesar un golfo de 700 millas y más, aventuraban perder mucha gente de sed, y así acordaron de venir á Malta y hicieron agua en el Gozo y todo el daño que pudieron en la campaña, matando todas las bestias que hallaron para comer y las de servicio, sin cuatro ó cinco hombres que prendieron.

Vamos, Inés exclamé huyamos de aquí, huyamos para siempre de esta casa y de Cádiz. ¿Van ustedes a Malta? me preguntó doña María con una sonrisa, de cuya expresión espantosa no puedo dar idea con las palabras de nuestra lengua. ¿No me deja usted dijo Inés llorando entrar en el cuarto donde está encerrada Asunción, para despedirme de ella? Doña María por única contestación nos señaló la puerta.

Á 8 de marzo, formado el ejército en tres cuerpos, llevando la vanguardia el Comendador de Malta con sus caballeros y las compañías alemanas y francesas; el centro Andrea Gonzaga con las italianas, y la retaguardia D. Luis Osorio con las españolas, emprendió la marcha hacia los pozos, distantes ocho ó nueve millas de camino llano y espacioso.

Me dijo que me iba a llevar a Malta... Yo me negué a ello y empecé a llorar amargamente invocando el nombre de Jesús... Volvieron las mujeres acompañadas de hombres soeces; uno de ellos quiso ultrajarme. Lord Gray le rompió la cabeza con una silla... Corrió la sangre... ¡Dios mío, qué horror!...

Por la misma causa se pudieran licenciar todas las naves que allí estaban detenidas, con los soldados que no eran menester y gente inútil, reservando los que habían de quedar en el fuerte y los que pudieran ir en las galeras, y mandar asimismo á Sicilia para que despidiesen la gente que se había mandado hacer desde Malta, y no hacerla venir, como vino, sin ser menester.

Fué él en los arsenales del desierto, cuando pasamos por el Canal de Suez; adelantándose en la proa de un barco mercante, cuando entramos en Malta, resbalando sobre las rosadas montañas de Sicilia y emergiendo de los mares que cercan el Peñón de Gibraltar.

No solamente no se hizo esto, ni aun nos acordamos de dar aviso nunca de lo que hacíamos ni dónde estábamos, porque desde los 10 de hebrero que partimos de Malta hasta de mediado de abril, no supieron allí ni en Sicilia de nosotros. Con este descuido teníamos á todos con pena, temiendo no fuésemos perdidos por los malos tiempos que habían corrido los meses pasados.

Palabra del Dia

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