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Magnífico día para el paso de la línea. A las once circuló una noticia que hizo salir de sus camarotes a los perezosos y llenó en poco tiempo las cubiertas.

Toledo es un magnífico álbum arquitectónico, donde cada siglo ha colocado su página de piedra. Ver á Toledo es leer á un mismo tiempo la historia de España y la historia de la Arquitectura.

Porque con los cuentos se ha de hacer lo que decía Chichá, la niña bonita de Guatemala: ¿Chichá, por qué te comes esa aceituna tan despacio? Porque me gusta mucho. Bebé y el señor don Pomposo Bebé es un niño magnífico, de cinco años.

¿En dónde principia esa Vírgen? No se sabe. Un ropaje magnífico oculta sus piés. ¿En dónde acaba? No se sabe. El dedo índice de su mano derecha señala á lo alto, y el cielo es un espacio que no tiene confines.

El abandono del fuerte de la Sabanilla en la bahía Illana, la retirada de nuestras tropas de Zamboanga, donde un magnífico fuerte quedó encomendado á la lealtad y custodia de los «Lutaos», y por último, la toma por los moros del fuerte de Tandag en 1760, donde fueron acuchillados los 300 hombres que lo guarnecían, hizo dueños de casi toda la isla á los mahometanos, alcanzando con ésto extraordinario prestigio sobre los naturales, sometidos en absoluto desde entonces á su dominio.

Que te levantes antes que venga la chica... si no tienes vergüenza, la tengo yo.... Y con aquella actividad y energía que caracterizaban a Emma y que habían hecho pensar mil veces a Bonis que su mujer hubiera sido un magnífico hombre de acción, un político, un capitán, digo que usando de estas cualidades, la esposa arrojó al esposo del tálamo a patada limpia.

El autor sabria que se hallaba en una sociedad entusiasta por los relumbrones, y diria para sus adentros: ¿? pues allá va ese magnífico y sorprendente relumbron. EL DIOS DE LA ANTIG

Borrén, ¿no es usted primo del contador de la Fábrica? Diga usted. ¡Hombre! es cierto. Del contador no, pero de su señora.... Es murciana, somos hijos de primos hermanos. ¡Magnífico! Dile tu nombre y tus señas, chica. , hija... se hará lo posible, ¿eh?

Atónito el criado le presentó los dos caminantes. Magnífico señor, dixo el ermitaño, no puedo ménos de daros las mas rendidas gracias por el agasajo tan noble con que nos habeis hospedado; dignaos de admitir esta palangana de oro en corta paga de mi gratitud.

Ella, ciega por la más temible y la más tupida de todas las vendas, y temerosa siempre de verse privada de las luces y consejos de aquel hombre, que llenaba la escasa cavidad de su corazón y satisfacía las inmensas proporciones de su vanidad, resolvió entonces, para desagraviarlo, hacerle el 30 de abril, día de su cumpleaños, un magnífico regalo.