Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de mayo de 2025
Pero fuera de luces para la iglesia y obsequios a sus amigos, que no les hablasen de sacar dinero del bolsisillo, como no fuese en provecho y regalo propio; jamás prestaron un duro, ni dieron un perro chico; no conocían el favor, sino por pedirlo, ni la limosna, sino por saber que otros la hacían.
Ahora me emplearán, digo yo para mí: tengo talento, mis luces son conocidas, soy útil... Pero ¡ay! señor Fígaro, ya no tengo madre, ya no tengo mujer, ya no tengo dinero, ya no tengo amigos; las circunstancias de mi vida me han impedido adquirir relaciones.
El cielo espléndido de la Bética formaba sobre ella un pabellón poblado de luces. Una leve brisa embalsamada refrescaba su frente ardorosa. El estrépito de los coches turbó un momento aquel sueño tranquilo. Más de una tierna doncella dejó sobresaltada el lecho y se acercó á su balcón con los pies desnudos para ver lo que pasaba.
Creyéronte fantasma, y sí lo eras; de pié, sobre un tejado batido por la lluvia huracanada, no eras masa de carne que gemía, eras la encarnación de algo soñado, un aliento que vive de quimeras, el último estertor de una agonía, aquella sombra tierna y desgraciada que con su cuerpo proyectó Rizal sobre el sol de una creencia, salvando su existencia con las luces espléndidas de su genio inmortal.
De pronto apareció en la altura un bulto menor que los otros, con un farol de dos luces: éste era el monago de la campanilla, y hasta se le distinguía en la mano cuando la sacudía para que sonara. Entonces cayó de rodillas Mari Pepa que estaba delante de todos, y exclamó con voz entera, mientras se llenaban de lágrimas sus ojos: En gracia te reciba el alma que te desea.
En un siglo en que ya se ven las cosas tan claras, y en que ya no es fácil abusar de nadie, en el siglo de las luces, una de las cosas sobre que está más fijada la pública opinión, es el honor, quisicosa que, en el sentido que en el día le damos, no se encuentra nombrada en ninguna lengua antigua.
Los días menguaban, entristeciendo el ánimo de los que ya, por otros motivos, estaban tristes. A las seis y media la casa estaba a oscuras, y doña Lupe retardaba el encender luces todo lo posible. Fortunata, en el cuarto de su marido, y casi a tientas, llegó al sofá donde él estaba echado, y le preguntó si tenía ganas de comer, sin obtener respuesta.
No osaba meterse en la penumbra de este salón obscuro y humoso durante el día, y que sólo al llegar la noche hacía resaltar la gloria de sus dorados, de sus escudos policromos y de sus vidrieras de colores bajo guirnaldas de luces eléctricas. Las mesas inmediatas a las ventanas ya estaban ocupadas a aquella hora por los sempiternos jugadores de poker.
A ésta debe sus goces, su elegancia, todas sus luces; y prospera con sus utilidades, y vive de su médula y de su sangre.
La abundancia de flores entre los pilares labrados dábanle perspectivas de paraíso; la multiplicidad de las luces recordaban magnificencias siderales... ¡Dispendios vanos!
Palabra del Dia
Otros Mirando