Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de julio de 2025
Para manifestar hasta dónde llegaba la sabiduría enciclopédica de doña Bárbara, estimulada por el amor materno, baste decir que también le traducía los temas de latín, aunque en su vida había ella sabido palotada de esta lengua. Verdad que era traducción libre, mejor dicho, liberal, casi demagógica.
En aquellos tiempos, ¡oh tiempos clásicos! todo se estudiaba en latín, incluso el latín mismo, y era de ver la gran confusión en que caía un alumno novel, cuando le ponían en la mano el Nebrija con sus reglas escritas en aquella misma lengua que no se había aprendido todavía.
Muchas de sus páginas, y párrafos de otras, estaban en latín, y lo escrito en castellano cuajado de palabras incomprensibles para Leocadia; pero algunas frases que malvelaban lo que debe ignorar la doncellez, excitaron su curiosidad.
Estaba el joven observador vestido bien a la ligera, porque su levitón había quedado inservible, y debía atormentarle el frío. El español dio algunos pasos para acercársele; pero se detuvo, no sabiendo cómo dirigirle la palabra. De pronto se sonrió, como de una feliz ocurrencia, y yendo en derechura hacia él, le dijo en latín: Debéis tener mucho frío.
Finito cantu, bufoni et mimi in citharis pulsabant et decenti motu corporis se circumvolvebant. Muratori, l. c. Du Fresne dice en su Gloss., que mimus, en el latín de los monjes, sólo significaba el músico; lo cual, en tal extensión, es indudablemente falso.
No; lo pedí yo prestado, porque lo vi encima de una mesa. ¿Y cómo es que se titula? No se enterará usted, porque está en latín. Pero, tú, tú, ¿comprendes latín? Llegaré a tener intuición con él; por ahora, sólo me es saludable. El señor Colignon se retiró pensando: «No tiene remedio el pobre hombre.» La apertura de la nueva zapatería causó inolvidable sensación y pasmo descomunal.
En las horas de recreo, en el claustro bajo, no perdía ripio para motejar a los condiscípulos, y si algún extraño entraba en la casa para hablar con los jesuitas, Grijalva le había de echar su latín correspondiente, verbi gratia: «Videte Piaonem ad petendum Gratianum... arcades ambo».
Dantchari hablaba en castellano con esa pedantería clásica de los curas y seminaristas, que creen indispensable, para mayor claridad, decir de cuando en cuando alguna palabra en latín entre personas que ignoran en absoluto este idioma.
Aquello fué una delicia: se quemó mucho incienso, se cantó mucho en latin, se gastó mucha agua bendita el P. Irene en obsequio de su amigo cantó con voz de falsete el Dies iræ, desde el coro y los vecinos cogieron verdadero dolor de cabeza con tanto doblar á muerto. Doña Patrocinio, la antigua rival de Cpn.
Por entonces abandonó Gabriel el ambiente tranquilo de la librería religiosa. Su fama de humanista había llegado hasta un editor vecino de la Sorbona que publicaba libros clásicos, y Luna, sin salir de la orilla izquierda del Sena, saltó al Barrio Latino para corregir pruebas en latín y griego.
Palabra del Dia
Otros Mirando