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La línea recta es una pura abstracción del espíritu, otra quimera como el punto matemático, que no existe más que para los geómetras.

En el lado izquierdo de esta línea hay veintisiete calles; la mayor parte en línea recta y paralelas entre , distribuidas con bastante regularidad, siendo las principales la del Seminario, por que conduce a la plaza donde está este establecimiento: antes se llamaba de Acuavera por vivir en ella una de las mas antiguas familias de Teruel; la de los Amantes, porque allí habitaron estos y sus familias; antes se llamó de Ricos-Hombres, por las familias nobles que en ella vivían y en cuyas casas se ven todavía los escudos de armas: la de S. Juan que conduce a la plaza de su nombre: la de los Mártires, por haber vivido en ella los compatronos de Teruel, San Juan de Perusia y San Pedro de Saxoferrato: la de Francés de Aranda, en memoria de este ilustre y caritativo personaje; también se llamó esta calle la de la Pescadería, porque antes era el único punto donde se vendía el pescado: la de Santa María, así llamada porque conduce a la Catedral conocida antiguamente por «Iglesia de Santa María de Media-Villa» a causa de que ocupaba precisamente el centro de la villa de Teruel: en esta calle, al buscar tierra firme para levantar el cimiento de la casa de Lagasca, se encontró a unos treinta metros de profundidad un espacioso subterráneo sostenido por columnas de piedra; la parte de un lado parecía baño árabe, y la del otro que se dirigía hacia la plaza del Mercado, tenía a una distancia regular, cavidades largas a manera de pesebres: se cree con fundamento ser todo esto obra de moros, y mas si se fija la atención en una pequeña mezquita que hay casi debajo y delante de la fuente de la plaza del Mercado, con la que tal vez se comunicaba el subterráneo encontrado en la casa de Lagasca: todavía hay personas en Teruel que en tiempos de la guerra estuvieron en dicha mezquita, ya casi desconocida.

Su sitio web también tiene otras secciones: diccionarios multilingües, diccionarios especializados de lengua inglesa, tesauros y vocabularios, gramáticas en línea.

Á 13 de Diciembre de 1492 explica el Diario de D. Cristóbal: «Halló por el cuadrante questaba de la línea equinoccial 34 grados». Este instrumento que en otras ocasiones menciona el Almirante y de que habla también Pedro Mártir de Angleria en la crítica transcrita, era modificación del astrolabio y vino á sustituirlo en los navíos, de forma, que ya Rodrigo Zamorano escribía que astrolabio y cuadrante eran una misma cosa.

, señor; la circunferencia es una línea curva reentrante, cuyos puntos distan igualmente todos de uno que se llama centro. ¿Porqué la llamamos curva? Porque no tiene sus puntos en una misma direccion. ¿Porqué, reentrante? Porque vuelve ó entra en misma. Si no fuese reentrante, ¿seria circunferencia? señor. ¿No acaba V. de decirnos que ha de serlo? Ah!

Un instante después, Pateta seguía trepando jadeante hacia la última línea de trincheras, ya vencidas, donde Pepe había entrado con su compañía.

La víspera de la batalla de Oncativo aún no habían entrado en línea todas las divisiones de esta maravillosa campaña de quince días, en la que habían obrado combinadamente en un frente de cien leguas.

Es necesario hacer un viaje marítimo para comprender esto. Desde San Vicente hasta Pernambuco, primera poblacion del Brasil, que del otro lado de la línea se encuentra, empleó nuestro vapor ocho dias. La distancia que separa ámbas poblaciones es de 1,620 millas marítimas. Nada mas grande que la salida y puesta del sol vista desde un buque en pleno océano.

Al E. y N. se extienden sobre las fronteras de Berna los cantones de Urí, Unterwalden, Lucerna, Argovia, Solera y Basilea, describiendo con sus contornos una línea sumamente irregular y angulosa; miéntras que al S., S.-O., O., N.-O, y N. toca sucesivamente con los cantones de Vaud, Friburgo y Neuchâtel y el territorio frances.

Un pedazo de su carne asomaba fuera de la concha como una lengua blanca. En unos tomaba la forma de suela y servía de pie, marchando el molusco, con la vivienda á cuestas, sobre este único sostén. En otros era nadadera, y la concha, abriendo y cerrando sus valvas como una boca propulsora, subía en línea recta á la superficie, para dejarse caer luego con los dos escudos apretados.