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Actualizado: 19 de mayo de 2025


La influencia de la reina puede estar basada también en que el rey sea tonto, cosa muy posible, pues la tontería es muy democrática y se mete en cualquier cabeza, sin respetar jerarquías.

Desde entonces acá, á los que le han ido sucediendo en las diversas jerarquías de la carrera, confundidos en el porte y la conducta con las demás clases sociales de levita y sombrero de copa, apenas se les distingue en el paseo ó en los salones por lo atezado del rostro ó la pesadez de las manos. Y la súbita metamorfosis ha sido tan profunda, que llega hoy hasta las mismas raíces de la clase.

Recordaba con antipatía su existencia de burgués allá en Barcelona, antes de adquirir el vapor. El era un hombre de acción, y sólo podía vivir ocupado en empresas arriesgadas. Iba á aburrirse en tierra, y al mismo tiempo se consideraría disminuído, exonerado, lo mismo que el que desciende á una situación inferior en un país de jerarquías.

¡Y Luz, en cambio, con haberle tratado tanto, ignoraba todavía cómo se llamaba él!... Se atrevió a preguntárselo. Me llamo Ángel respondió el mozo. ¡Ángel! Por arcángel le había tomado ella muchas veces al contemplarle en su imaginado paraíso guardándole las puertas. ¿Qué venía a suponer esa leve discrepancia de jerarquías? Siempre resultaba el mismo «guardián». Pero ¿dónde la había conocido?

La devota doña Elvira se enorgullecía de los títulos nobiliarios del hermano, pero despreciaba al hombre por sus calaveradas, que daban triste celebridad al noble apellido de Torreroel. El señor Fermín, influido por sus antiguos respetos a las jerarquías históricas, admiraba a aquel noble y alegre vividor.

Dos vidas distintas, en dos mundos diferentes, con sus respectivos regidores, implicaban, naturalmente, dos despotismos sobre una sola existencia, dos gobiernos simultáneos con sus correspondientes jerarquías paralelas de funcionarios para velar por el cumplimiento de las dos clases de obligaciones del súbdito simultáneo de Dios y el Rey el altar y el trono.

Los alemanes no la necesitamos. Somos un pueblo de amos, que reconoce las jerarquías y desea ser mandado por los que nacieron superiores. Nosotros tenemos el genio de la organización. Este era, según el doctor, el gran secreto alemán, y la raza germánica, al apoderarse del mundo, haría partícipes á todos de su descubrimiento.

La casualidad, o la Providencia, que acaso sean hermanas sin saberlo, hizo que la duquesita y Manuela se enamorasen y casaran casi al mismo tiempo, hacía mil ochocientos setenta y tantos. Sin duda el amor, que no distingue de jerarquías ni clases, les rozó simultáneamente con sus alas. Algo así debió de suceder, porque ambas fueron madres con diferencia de unas cuantas horas.

Palabra del Dia

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