Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 19 de mayo de 2025
Aquí comenzaron las aventuras de aquella noche memorable, que recuerdo siempre como una ironía bajo el nombre de la «noche del Consuelo», y cuyas peripecias quiero consignar, porque persisten siempre en mi memoria y no de una manera ingrata. El cuadro era característico: los cohabitantes de la pieza eran de todas las jerarquías sociales.
El orgullo de su familia le colocó en un vapor de lujo, un buque-correo lleno de pasajeros, un hotel flotante, en el que los oficiales tenían algo de gerentes de «Palace» y la verdadera importancia correspondía á los maquinistas, que andaban siempre por abajo y al volver á la luz quedaban modestamente en segundo término, por una ley de jerarquías anterior á los progresos de la mecánica.
Las reyertas frecuentes y el mucho ruido con que a menudo se disputaban allí las jerarquías eclesiásticas, exigían en ocasiones la intervención de Emilia, que más de una vez se prestó a ser monaguillo para apaciguar los ánimos y llevarlos a honrosas capitulaciones.
Le entusiasmaban los parterres modernos en torno del edificio y entre éste y la verja lindante con el camino de Mentón, por su armonía elegante, por las reglas majestuosas á que estaban sometidos árboles y plantas. El entendía así los jardines, como todas las cosas de la existencia: mucho orden, respeto á las jerarquías, cada uno en su sitio, sin ambiciones que producen confusión.
Dos maquinistas que con la afición germánica a los títulos y jerarquías se titulaban ingenieros terceros cuidaban, cada uno por separado, de los dos grandes motores que hacían marchar al buque. Otro ingeniero tercero vigilaba las máquinas auxiliares productoras de la luz y el frío.
Canterac quiso mostrarse bondadoso y aceptó las excusas del oficinista, dándole unas palmaditas en la espalda. No he podido dormir en toda la noche, querido Moreno. Tengo un proyecto y quiero consultarlo con usted. Necesito aplastar á ese intrigante que se atreve á medirse conmigo... Aquí todos se consideran iguales, como si se hubiesen suprimido en el mundo las jerarquías.
No había leído un solo verso de Fernando, pero en las averiguaciones y curiosidades de los primeros días de navegación, cuando todos desean saber quién es el vecino, Maltrana había hablado del talento poético de su compañero, y esto bastó para que lo designasen por antonomasia con el título de «el poeta». Algunos alemanes, dispuestos a reconocer y acatar todas las diferencias y jerarquías sociales, por una irresistible tendencia a la admiración, le llamaban «el gran poeta»... «un poeta colosal», con méritos tanto más grandes cuanto que vivían perdidos en el misterio de una lengua desconocida.
Le había creído un simple empleado, y su respeto á las jerarquías sociales hizo que bajase el revólver. No por esto desistió de sus gestos imperiosos. Empujó á don Marcelo para que le sirviese de guía; lo hizo marchar delante de él, mientras á sus espaldas se agrupaban unos cuarenta soldados.
Rafael, en su embriaguez, no tenía más que un pensamiento: librarse de las audaces manos de la Marquesita, del peso de su cuerpo, de aquel ambiente tentador, contra el cual se defendía torpemente, seguro de ser vencido. Callaba asombrado por lo extraordinario de la aventura, cohibido por su respeto a las jerarquías sociales. ¡La hija del marqués de San Dionisio!
En el amor y en la compasión por el infeliz linaje humano, sin distinción de castas ni de jerarquías, estribaba aquella moral, pero no tenía un Dios misericordioso. Su Dios, si tal podía llamarse, era el ser único, infinito e indeterminado en quien todo cuanto es y en quien todo cuanto puede ser se contiene.
Palabra del Dia
Otros Mirando