United States or Ethiopia ? Vote for the TOP Country of the Week !


¿Qué?... Y ante la mirada interrogante de Lubimoff, que no puede comprender, que se resiste á comprender lo que escucha, Toledo repite, cada vez más confuso: Se niega á aceptar la representación. Me ha dicho que busque á otro. Tiene unas ideas especiales que... Y se abstiene de exponer estas ideas.

Señores dijo el doctor Trevexo, ya estamos en quorum y es menester que comencemos. ¿Quiere usted presidir, señor don Ramón? Mi tío, que permanecía de espectador pasivo, salió de su letargo, y, algo cortado, puso una cara de signo interrogante que descubría toda su indecisión para desempeñar el alto y difícil cargo que se le proponía.

Sonrió Elena levemente de su temor, al mismo tiempo que susurraba con una vocecita melancólica: La vida es así; se fijan en nosotras los hombres que no deseamos, y en cambio aquellos que nos interesan huyen casi siempre. Al oir esto volvió el joven á levantar su cabeza, mirándola sin miedo alguno, con una expresión interrogante... ¿Qué es lo que intentaba decir aquella mujer?

El teniente fingió no verle, mientras Lubimoff le seguía con una mirada interrogante. ¿Qué es lo que había de nuevo en este hombre? Dudó de su falta de salud, de su peligrosa situación que tanto preocupaba á los médicos. ¡Todo mentiras, para interesar á las damas! Se fijó en la firmeza arrogante de su paso, en el aire de jovenzuelo con que agitaba el junco que le servía de bastón.

Así es que la reticencia era su fuerte, y con un interrogante, unos puntos suspensivos y un gesto de «¡qué pillo soyresolvía todas las cuestiones, arrancaba á su placer las carcajadas al auditorio y enredaba á sus convecinos cada día en un berenjenal de pleitos y rencillas, extraviándoles más y más la justicia con lo vago de sus maliciosos pareceres.

Sin duda... repuso a su mirada siempre interrogante, sintiéndome al mismo tiempo bastante enfriado al verme convertido en sujeto gratuito de divagación cerebral, primero, y en agente terapéutico, después. En ese momento entró Luis María. Mamá lo llama dijo al médico.

Cuando por la noche se presentó en el salón, de aquella forma, el conde no pudo reprimir un gesto de cólera y clavó una mirada interrogante en Amalia.

Llegaron en su marcha sin objeto a la plaza Nueva, y al ver que el jefe se detenía, agrupáronse en torno de él, con la mirada interrogante. ¿Y ahora qué hacemos? preguntaron con inocencia. ¿Adónde vamos? Juanón ponía un gesto feroz. Podéis diros donde queráis; ¡pa lo que hacemos!... Yo a tomar el fresco.