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Actualizado: 22 de junio de 2025
Su autor era llamado Daniel Israel Lopez Laguna, i era judío español, que logró escaparse de las cárceles del bárbaro tribunal llamado del Santo Oficio. ¿Por qué, señor, te encubres á lo lejos á nuestro ruego en horas del quebranto? Piadosos nos alumbren tus reflejos cuando soberbio el malo causa espanto al pobre persiguiéndole en consejos del tribunal que infieles llaman Santo.
Para asegurarnos más de este su buen daseo, les pedimos algunos infieles que ellos en años pasados habían hecho esclavos, para que instruídos en los misterios de nuestra santa fe, sirviesen después de intérpretes á los Misioneros, ofreciéndoles en contracambio ciertos platos de estaño, cuchillos, anzuelos, avalorios y otras cosas de este jaez.
El dilatar la fe, el predicar á los cristianos, el reducir á los gentiles, no parecía en él obra de virtud, sino inclinación y apetito natural; por lo cual no sabía vivir de otra suerte ni en otra ocupación recibía gusto, sino en esta de conducir almas al conocimiento y amor de Dios, y en este ejercicio estaba toda su quietud y descanso y para aliviarle en todas enfermedades, no había mejor medio que hablarle de nuevas empresas en bien de las almas, de la santa vida de los nuevos cristianos y de nueva conversión de infieles á la santa iglesia.
Decidme exclamó Ramiro sonriendo: ¿qué batalla habrá por el mundo más dura que mi porfía, qué adarve más áspero que vuestro corazón, qué infieles más temibles que esos vuestros ojos, mi señora? Muy tierno me requebráis. Quiero pensar que lo decís de vero. Los dos callaron.
Viéndose en este lance, pidió licencia al P. Provincial Tomás Baeza para hacer voto á su grande Abogado San Francisco Xavier, de que si alcanzaba la vida, la emplearía en la conversión de los infieles.
Nada dice Elvira á su esposo de la acción indigna de Gómez de Melo; pero el carácter de Rodrigo es tan diverso del de su presunto padre, y lo respeta tan poco, que éste concibe algunas sospechas sobre su paternidad. La guerra contra los infieles estalla mientras tanto de nuevo.
Por la parte del oriente tiene Cuyabá muchas tierras habitadas solamente de indios infieles: y aunque hay camino para ir por esta parte al Brasil, es camino larguísimo, muy trabajoso y espuesto á los asaltos de los bárbaros y de los negros alzados. Por estas causas pocos son los portugueses que emprenden el viage por tierra.
El Rey Don Jaime su hermano sustentaba sus Reinos de Aragon, Cataluña, y Valencia con suma paz y reputacion, amado de los súbditos, temido de los infieles, poderoso en la mar, servido de famosos capitanes, aguardando ocasion de engrandecer su corona á imitacion d sus pasados.
Y treinta y dos generaciones de hombres transcurrieron bajo la era cristiana en la miseria, la ignorancia y la barbarie crónicas, profiriendo u oyendo solamente la palabra sagrada, fulminada desde el púlpito, volcán de amenazas, en erupción perpetua de castigos en este mundo y en el otro, para los pecadores y los infieles, en fuente inagotable de terrores imaginarios para implantar en el corazón de los elegidos para el cielo el horror a la vida irrenunciable y el temor a la muerte inevitable.
El mismo Fray Juan de Santarén hubo de entusiasmarse y dijo que, dejando por lo pronto los medios de persuasión, hasta que aprendiese él con facilidad alguna de las lenguas que por allí se hablaban, empuñaría un arcabuz y transmitiría así sus creencias a los infieles por medio de terribles lenguas de fuego.
Palabra del Dia
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