Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de mayo de 2025
Candido contradixo un poco, pero con prudencia; y Martin fué en todo del dictámen del senador. Sentáronse á la mesa, y después de una opípara comida entráron en la biblioteca. Candido que vió un Homero magníficamente enquadernado, alabó mucho el fino gusto de Su Ilustrísima. Este es el libro, dixo, que era las delicias de Panglós, el mejor filósofo de Alemania.
Le pusieron a la cabecera del lecho la imagen de un santo difícil de identificar, pero santo al fin, y al lado de una gran ventana, que se abría sobre el ancho panorama del campo, colocaron una mesa cargada de libros, y un tintero de cobre. Por deferencia a Su Ilustrísima, le sirvieron de maestros los más instruidos canónigos del cabildo.
Martin Alfon que estaba en la misma parcialidad, confederacion y adversidad que su ilustrísima contra el citado Aguilar y consortes; y aunque decia que habia seguido los dichos procesos á peticion del cabildo, no era así, ni pasó tal cosa.
El escrito de apelacion que esto contenia fué presentado por el bachiller Diego Rodriguez de Jaen con su carta de poder en 8 de julio de 1472, en la villa de Montemayor, por ante Juan Gonzalez y otros escribanos y notarios públicos, en las casas mismas donde tenia su habitacion el obispo D. Pedro, y hallándose presente su ilustrísima.
Se me atragantaba tanto tratamiento; me daban ganas de gritar: «¡Pero qué porra de Eminencia e Ilustrísima, si nos hemos arañado de pequeños mil veces, porque este grandísimo ladrón no veía mendrugo ni albaricoque en mis manos que no quisiera zampárselo!» Gracias que le hablo de usted desde que le vi beneficiado de la catedral, pues a un sacerdote no está bien tutearle como a un monago.
Además, para que vuecencia ilustrísima vea cuán sin culpa estoy, inclusa va la que me escribió el señor duque de Lerma.» Detúvose al llegar aquí la abadesa. Para que el padre Aliaga desconfie menos de mí murmuró debo enviarle copia de la carta que escribo á mi tío... Es necesario andar con pies de plomo... Hago, es verdad, traición al duque... ¡pero la Inquisición!...
Además de esto, el año de 82, por disposición real, publicó edictos el Ilustrísimo Señor Obispo de Buenos Aires, llamando a los clérigos que quisieran oponerse a los curatos de los diez y siete pueblos de indios de este obispado, y llama Su Señoría Ilustrísima para cada pueblo a dos individuos para curas, expresando que el sínodo de cada uno son 200 pesos; y añade Su Señoría Ilustrísima que para el pueblo de Yapeyú sólo llaman a uno por estar ya provisto otro clérigo en él.
Otra vez la contempló el clérigo con penetrante mirada, advirtiendo su agitación. Bueno... Lo que puedo hacer en su obsequio es avisar a Su Ilustrísima... No respondo de que la reciba a usted a estas horas... Puede usted pasar a esta sala y aguardar un momento. No tardaré en traerle la respuesta. Abrió la puerta del saloncito de recibo, hizo traer un quinqué y la dejó sola.
La madre de don Fermín vivía en perpetua zozobra; pero no desmayaba. «Ya que él quería perderse, allí estaba ella para salvarle». Era lo principal visitar al Obispo, conseguir que la murmuración, la calumnia o lo que fuese, no llegara a su Ilustrísima. Doña Paula pasaba gran parte del día y de la noche en palacio.
Y el dia 4 de marzo de dicho año, viniendo dicho señor obispo de confesarse del convento de S. Pablo, el dicho D. Alfonso juntó mucha gente armada, y antes que entrára dicho señor obispo en sus casas, le echó fuera de la ciudad y á todos los de su familia, de lo que resultaba la enemiga que tenia dicho D. Alfon, dando favor á muchos que vivian malamente contra Dios y su Iglesia, sabiendo bien el referido que la intencion de su ilustrísima seria querer enmendarlo.» Que en cuanto á la incompetencia por falta de jurisdiccion, «el lugar donde estaba dicho señor obispo era donde habian de comparecer las personas del dicho regimiento por sí ó por su procurador, mayormente sabiendo el dicho D. Alfon que entre el Sr.
Palabra del Dia
Otros Mirando