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Actualizado: 8 de junio de 2025


En la noche y hora prefijadas, de concierto ya D. César con los dos reverendos, acudieron en misterioso silencio y de puntillas a la puerta de la habitación de doña Eulalia, armado fray Domingo del libro de los exorcismos y de un hisopo; armado fray Antonio de un turíbulo donde quemaba hierbas mágicas, esparciendo el humo; y armado D. César de paciencia, después de haberse comprometido solemnemente a no perderla y a no enfurecerse, ocurriera lo que ocurriera.

5 y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas vivas; 6 después tomará la avecilla viva, y el palo de cedro, y la grana, y el hisopo, y lo mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas vivas; 7 y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le dará por limpio; y soltará la avecilla viva sobre la faz del campo.

Por parecerles risa, burla y juego Empresas semejantes; y asi Apolo Condecendió con sus deseos luego. Que es el galan de Dafne unico y solo En usar cortesia sobre quantos Descubre el nuestro, y el contrario polo. Del lobrego lugar de los espantos Sacó su hisopo el languido Morfeo, Con que ha rendido y embocado á tantos,

48 Mas si entrare el sacerdote y mirare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue encostrada, el sacerdote dará la casa por limpia, porque la plaga ha sanado. 49 Entonces tomará para purificar la casa dos avecillas, y palo de cedro, y grana, e hisopo; 50 y degollará una avecilla en un vaso de barro sobre aguas vivas;

Sus monasterios iban borrando con sangre y con lágrimas el oprobio de los serrallos, la lubricidad de los baños y los divanes. Las tremendas virginidades monásticas desvanecían al fin, para siempre, la sombra de las Jarifas y las Galianas. El hisopo purificó las mezquitas exorcisando los mihrabs y las albercas de las abluciones. Muchas capas de cal habían ocultado y carcomido los arabescos.

De las aguas que llaman del olvido, Traia un gran caldero, y de un hisopo Venia como aposta, prevenido. Asía á los poetas por el hopo, Y aunque el caso los rostros les volvia En color encendida de piropo, El nos bañaba con el agua fria, Causandonos un sueño de tal suerte, Que dormimos un dia y otro dia.

Apolonio paseaba, nervioso y tremante, zapatería arriba, zapatería abajo, erguida la cresta, amenazador continente, transido de funesta cólera. No le faltaba sino que le nacieran espolones. No podía resignarse a la humillación. Era imprescindible y apremiante demostrar al mundo que su cerebro aventajaba en altitud al de Belarmino, como el cedro al hisopo. En esto entró Novillo.

Formáronse en grupos los viñadores, en torno del aljibe, que elevaba sobre la replaza su gran aro de hierro, rematado por una cruz. Al llegar arriba el sacerdote con su séquito, Dupont abandonó el cirio para arrebatar al gañán encargado del cuidado de la capilla, el hisopo y el caldero de agua bendita.

¡Vea Vd. dijo , ese zángano, pelgar, vejete, tonto, que maña se da para consolar a sus amigas! Habrá largado alguna barbaridad, algún buen par de coces a esta criaturita de mi alma, y me la ha dejado aquí medio muerta, y él se ha vuelto a la iglesia, a preparar lo conveniente para cantarla el gorigori, y rociarla con el hisopo y enterrármela sin más ni más.

Compadecía, sobre todo, a Guillermo, porque sobrevivir a la que se ama... ¿qué digo yo? ¡sin duda él también morirá! Llegamos ante la iglesia y la caja fue colocada en el umbral; el sacerdote, con los ojos levantados al cielo, los brazos extendidos, el hisopo en la mano, dejó caer algunas gotas de agua bendita sobre la prisión estrecha y misteriosa que encerraba a Cornelia.

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