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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Cuando ellos comían, si sobraba, era para Pepe; si no había restos, gracias que le dieran pan con que rebañar la cazuela del cocido; así que las hambres y una felpa con que le obsequiaron por meter en la tina de lo verde lo que había de ser morado, acabaron con la paciencia del muchacho. Se escapó, y entonces fue la época más conturbada de su vida.
Los colosos que habían llegado después eran gentes bárbaras y viciosas, sin educación universitaria y de una capacidad estomacal que acababa causando grandes escaseces y hambres en la nación. Cometían tales desafueros, que finalmente había que suprimirlos.
»Sólo lo atribuí al dedo de Dios, pues cuando la piedad y misericordia divina se inclina á obrar, no hay imposibles, y más cuando precedieron los sudores, trabajos, necesidades y hambres de su primer conquistador de esta nación nuestro dignísimo P. Provincial Juan Bautista de Zea.»
Haré con vuestra ayuda este cuaderno, Del Argentino reino recontando Diversas aventuras y estrañezas, Prodigios, hambres, guerras y proezas.
Saben que más allá de la línea del horizonte se levantan los Andes, y detrás de la cordillera de los Andes está Chile, y después la inmensidad del Pacífico con sus numerosas islas, y todavía más lejos, los interesantes países del macizo asiático... Sienten el tirón de su manía ambulatoria que despierta. «Vamos á ver todo eso.» Y se echan la «lingera» al hombro, para volver á sufrir hambres y fatigas, para morir en un hospital ó abandonados en un desierto... Y cuando no mueren y pueden seguir marchando detrás de la Ilusión que revolotea junto á sus ojos, vuelven por segunda vez á este país; pero es después de haber dado la vuelta entera á la tierra.
Ojo al corazón es lo primero que te digo. No permitas que te domine. Eso de echar todo por la ventana en cuanto el señor corazón se atufa, es un disparate que se paga caro. Hay que dar al corazón sus miajitas de carne; es fiera y las hambres largas le ponen furioso; pero también hay que dar a la fiera de la sociedad la parte que le corresponde, para que no alborote.
Será penitencia tal vez replicó la viuda en aquel tono de convicción ingenua que tomaba cuando quería jugar con la credulidad de su sobrino, como el gato con la bola de papel. Francamente, tía, eso de que pase hambres... Yo no la perdono, no puede ser... le aseguro a usted que eso... jamás, jamás, jamás.
¡Tiempo de aguas!....¡Tiempo de tormentas!.... ¡Tiempo maldito!....¡Miseria para los pobres!....¡Lutos y hambres!....¡Cúbrese el sol!....¡Sentarvos en la tierra a descansar, mis hijos!...¡Aún hemos de ir mucho por este arenal!...¡Vos dolerán los pies si no descansáis!... ¡Repartirvos ese pan!....¡Tiempo de tormentas!....¡Tiempo de dolor!...
Que aquesto de las hambres y su queja, Solo á Mendoza y á Zárate se deja. En tanto que Alvar Nuñez caminaba Al Paraguay con guias muy derecho, Su gente con salud toda llevaba A manos el camino de indios hecho. Sabido por Irala que llegaba, Con maña, que la usaba en su provecho, Envia á cierta gente de corrida, Que el parabien le dén de su venida.
Vengo a despedirme de vosotros. Traigo media en las agujas... Todos celebraron el símil taurómaco y le ofrecieron un café con media de honor. Después Forondo se marchó... se marchó a la fosa común. Hambres, fríos, humillaciones. Acoso de hospederos, de mozos de café, alguna picardía peligrosa para extraer un poquito de calderilla.
Palabra del Dia
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