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Actualizado: 24 de julio de 2025
Insistia el Ministro, y volvia á escusarse el candidato. Por fin cansado Galvez de la resistencia que encontraba en su protegido, mudó de conversacion, y le preguntó en qué estado habia dejado sus haciendas.
Conservan muchas de las haciendas mexicanas el carácter de fortalezas que supieron darles sus primeros poseedores, mientras que otras, que no se distinguen por su arquitectura, abundan, en cambio, en bellezas naturales; todo lo cual hace que una visita a una de estas fincas no carezca, generalmente, de interés.
Los pueblos por otra parte no cesaban de molestarlos, bien fuesen dirigidos en sus hechos por una piedad bárbara i cruel, bien por el deseo de tomarles, contra toda razon, lei i derecho, las haciendas que heredaron de sus mayores i que luego acrecentaron grandemente con el propio trabajo.
Y si el Estado es arbitro de la vida de ellas, ¿cómo no ha de serlo de lo que poseen? Lejos de caminar hacia el socialismo, yo creo que la civilización propende a extender y afirmar más cada día los derechos individuales. ¿Quién se atreverá a decir hoy, si no está loco rematado, que el Gobierno o el rey, por respetado y poderoso que sea, es señor de vidas y haciendas?
No era todo desprendimiento; vagamente veía en lontananza un porvenir de indemnizaciones patrióticas que aunque estaban en el programa de su partido, a él no le alcanzaron. A las nuevas haciendas de don Carlos se fueron Anita, el aya, los criados y tras ellos el hombre, como llamó siempre la niña al personaje que turbaba no pocas veces el sueño de su inocencia.
Que era mucha su animosidad, si ya no era temeridad revestida de celo, en querer arrojarse á morir, cuando menos mal le fuese, á ser vendido bárbaramente; que no se fiase de la voluntad que aquéllos salvajes habían mostrado de ser cristianos, pues todo lo hacían á fin de dejar descuidar á los españoles, y cogiéndolos de improviso, robarles las haciendas con insultos.
Los Turcos como no tenian otro remedio sino pelear, ó morir vilmente, dexaron las mugeres, niños y haciendas dentro los reparos de sus fortificaciones, con bastante número para su defensa, y salieron á encontrarse con el enemigo setecientos cavallos.
El corte de maderas y remisión de ellas a Buenos Aires; la construcción de embarcaciones, así para venderlas en Buenos Aires como para trajinar con ellas por los ríos, trasportando las haciendas; los beneficios de yerba en los yerbales silvestres del Paraná y Uruguay, así por tierra como por agua; las vaquerías a los campos del ganado alzado, y otras muchas que se practican y se han practicado siempre.
12 Si el mal se endulzó en su boca, si lo ocultaba debajo de su lengua; 13 si le parecía bien, y no lo dejaba, sino que lo detenía entre su paladar; 15 Comió haciendas, mas las vomitará; de su vientre las sacará Dios. 16 Veneno de áspides chupará; lo matará lengua de víbora. 17 No verá los arroyos, las riberas de los ríos de miel y de manteca.
En las mas de ellas tienen los españoles indios cristianos para la asistencia de sus casas y haciendas, á quienes los propios españoles, con su educacion han reducido á nuestra Sta. Fé Católica.
Palabra del Dia
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