Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de noviembre de 2025
Ya no se ocultaban en las habitaciones del campanero para reunirse. Formaban corro por las tardes en el claustro, hablando de las audaces doctrinas enseñadas por Luna, sin que les intimidara aquel ambiente religioso.
Sin saber lo que hacía, loco de dolor, salió corriendo Ramón y entró en las habitaciones interiores por una puerta que daba al vestíbulo y estaba entreabierta... ¡La niña Lita está en la puerta de la calle!... gritaba. ¡La niña Lita está muerta en la puerta de la calle!...
Marta experimentaba siempre en este gabinete una sensación de bienestar y alegría que no gustaba en las demás habitaciones de la casa.
Porque Elena se metía a reformar hasta las habitaciones particulares de su marido y éste la dejaba hacer, feliz de verla tan divertida. Poco a poco, no obstante, aquel chorro de palabras se fue haciendo menos copioso. Su marido se lo hizo notar. ¿Tendría sueño por ventura?
Graciana, por su parte, recorrió las habitaciones; vio que mi tío no daba señales de vida, que el bebé dormía e hizo ruido en el cuarto de la niña, como para dar a entender que ganaba la cama.
En todo el país se hablaba de la solemne ceremonia y era evidente que Estrelsau, la capital, estaba atestada de forasteros. Las habitaciones disponibles alquiladas todas, los hoteles llenos, iba a serme muy difícil obtener hospedaje, y dado que lo consiguiera tendría que pagarlo a precio exorbitante.
¡Me decía eso y me creía casi justificada, aun ante mi propia conciencia, ciega de mí! Y el crepúsculo volvió: el sol poniente abrasó una vez más el horizonte por encima de la ciudad, arrojando por las ventanas, a las habitaciones, su luz rojiza.
Pero continuad, continuad; ¿cómo he de hacer yo para que nadie me vea? Oíd: tendréis dos habitaciones enteramente provistas de cuanto necesitéis; cuando queráis algo, lo pediréis por escrito; llamaréis y os ocultaréis antes que puedan llegar. Y... os comprendo... no sospecharán... Vos sois piadosa, os habéis criado en un convento de monjas... ¿Y si sobreviene alguna enfermedad?
Eran todas niñas de cinco a diez o doce años, que vivían aparte ocupando las habitaciones de la fachada. Comían antes que las otras en el mismo comedor, y bajaban a la huerta a hora distinta que las Filomenas. Toda la mañana estaban las niñas diciendo a coro sus lecciones, con un chillar cadencioso y plañidero que se oía en toda la casa. Por la tarde cantaban también la doctrina.
Pero no podía retroceder: le arrastraba el afecto de sus discípulos y su antiguo afán de propagandista. Era para él un placer el asombro de aquellos pensamientos vírgenes entrando a la desbandada en las habitaciones luminosas construidas por el pensamiento humano durante siglos. La descripción de la humanidad del porvenir enardecía el entusiasmo de Luna.
Palabra del Dia
Otros Mirando