United States or Tunisia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Si encontraba vacía una vivienda de esta especie, se la apropiaba. De no ser así, se comía al habitante, introduciendo después en el nacarado refugio su posterior, armado de dos patas ganchudas. No bastaban al débil paguro sus precauciones defensivas.

Algunas se abofetearon y arañaron mientras sus diestras oprimían el mismo billete de mil francos, desgarrándole. Volteaban los sombreros por el suelo; las cabelleras se esparcían en toda su integridad ó se desmenuzaban en una nube de bucles postizos. ¡A , príncipe... á !... Con las manos ganchudas saltaban en torno de él lo mismo que un corro de poseídas. ¿Quién quiere dinero?...

El, dominado repentinamente por el deseo, quedó inmóvil y se negó á seguir adelante. ¡No... no! Alicia protestaba ante el peligro, quebrantada aún su voluntad por las emociones recientes, pero esforzándose por mantener su negativa. La boca de él se había separado de la suya. Sus ojos brillaban con un estrabismo agresivo. Las manos bajaron á lo largo del cuerpo femenil, ganchudas como garras.

Sus labios temblaban en ciertos instantes con una agitación que parecía reflejar otros estremecimientos inferiores y ocultos. Las manos se hacían ganchudas, acompañando con movimientos agresivos las vibraciones de una voz aguda y cortante. Casi todos los días las vecinas de media calle se peleaban con el resto de la calle, las de medio pueblo contra el resto del pueblo.

¡Pobre cigarra! ¡Infeliz artista del mundo de las hojas, calumniada en el mundo superior de los hombres!... Como no almacena, es una bohemia indigna de respeto; como se alimenta de miel y canta á todas horas, no trabaja seriamente; como carece de mandíbulas y abandona el sitio á los que se deslizan á traición por debajo de su vientre, los usureros subterráneos, las bestias de patas ganchudas que engordan con los muertos, tienen derecho á robarle su obra.

Aquellos salvadores sólo le buscaban á él, abandonando á los demás. Perdió la noción del tiempo. Un frío agónico fué paralizando su organismo. Las manos ateridas y ganchudas se soltaban del madero, volviendo á agarrarse á él con esfuerzos supremos de voluntad. Los otros náufragos habían tenido la precaución de ponerse sus chalecos flotantes al iniciarse el hundimiento.