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Vagó una media hora por los salones, escuchando de lejos las palabras de los que se ocupaban aún de la duquesa. Una tarde había bastado para llevarse las ganancias de muchos días de éxito. Su infortunio resultaba tan inaudito como su buena suerte. No había acertado una sola vez. Sintió de pronto en su espalda el contacto de una mano nerviosa.

Las ciudades de Nápoles y Milán, en donde habitaban muchos españoles, ofrecían ricas ganancias á las compañías de cómicos de esta nación; pero estas compañías no se encerraban sólo en las ciudades mencionadas, sino que recorrían todo el país.

Pero las agitaciones de la Bolsa, y especialmente las ganancias, amortiguaban en él el pesar del rompimiento. Cuando a fin de mes, cobraba las «diferencias», decíase con extrañeza: «Parece imposible que nos censuren por dedicarnos a una explotación tan cierta. Pero ¡bah! ¡Quién hace caso de esa gente rancia

Es verdad que daba a sus padres algo de las ganancias, pero reservándose buena parte; y como la labor era a destajo, en las yemas de los dedos tenía el medio de acrecentar sus rentas, sin que nadie pudiese averiguar si cobraba ocho o cobraba diez.

Pues no, no se necesita, y ahí está la gracia. Se da orden al corredor de comprar tanto o cuanto, y una vez hecha la operación y llegado el día de liquidar, se deducen las ganancias o las pérdidas, y en caso de mala suerte se paga o no se paga. Perfectamente.

Bonis a su vez delegaba en Mochi la dirección técnica, y en rigor cuanto entraba en sus atribuciones; de suerte que el empresario y director de la Compañía tronada venía a ser en la nueva Compañía lo mismo que antes había sido, sin más diferencia que la de no exponerse a perder un cuarto y estar sólo a las ganancias, si las había, por pocas que hubiera; que a eso estaba él.

La guerra, los héroes... cosas nebulosas y sin sentido. El está por la realidad, y empieza á hablar de un nuevo personaje admirado por él, un portugués que juega fuerte, y cuyo nombre, desde hace unos días, parece llenar las salas, á causa de sus ganancias. Yo lo observo; además, es amigo mío y creo poseer su secreto. Imagínese, príncipe...

Ya vendrá, que lo están haciendo de Madrid á Francia, y la máquina nos pasará por entre las barbas, como, quien dice. Pues no les arriendo las ganancias á los posaderos y muleteros. El mayoral de la otra casa hará sacristan si quiere yantar judías y buen tocino. Quién dijo tal! Usté no entiende el cuento. Pero si todo pasará tan de ligero, quién se ha de apear en Guadarrama!

Los altos empleados intervinieron con una contrariedad sonriente, por ser quien era el autor del escándalo. «Alteza, ¡por favor!... Las partidas van á suspenderse; esto no se ha visto nuncaPero él siguió arrojando dinero, hasta agotar sus ganancias más de sesenta mil francos , y los juegos se reanudaron con más público que antes.

Sería del cargo del factor el determinar las faenas que debía mantener la factoría, prefiriendo siempre aquellas que ofreciesen mayores utilidades. El buen estado de las estancias debía llevar la primera atención, como que en ellas se afianzaba la principal subsistencia del pueblo, y que, estando bien atendidas, rinden con sus progresos considerables ganancias.