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Actualizado: 30 de abril de 2025


Conocer es crear, y crear conocer. Todo lo anterior es un fragmento de las especulaciones belarminianas. ¡Lo que hace la prolongada actitud sedentaria y el ocio discursivo!... Los filósofos son hombres en cuclillas, incluso el peripato, que, si explicaba paseando, encuclillado edificó su sistema. Prosigue.

Entre aquella multitud de papeles encontré uno que hirió mi vista; era el fragmento de una carta desgarrada. Sólo pude ver en él palabras sueltas, frases cortadas; pero la letra era de Teobaldo, y dirigida a Carlos. He aquí su contenido: »¿Qué buscas, pues?... ¿Qué esperas?... insensato... Seis meses de dicha... dices, ¡y luego morir!... ¡Morir, ingrato!... ¿Y ella?... porque no te hablo de ...»

Mirando estos capullos de mujer, don Fermín recordaba el botón de rosa que acababa de mascar, del que un fragmento arrugado se le asomaba a los labios todavía.

De las églogas en verso de Lope de Rueda, que tanto agradaban á sus contemporáneos, sólo quedan escasos restos, á saber: un fragmento intercalado por Cervantes en el acto tercero de sus Baños de Argel, y un pequeño diálogo que se titula Las prendas de amor; lo cual no nos autoriza para formar un juicio exacto de este género.

En silencio elaboraba los barquillos, en silencio los vendía, y casi puede decirse que los voceaba en silencio, pues nada tenía de análogo a la afectuosa comunicación que establece el lenguaje entre seres racionales y humanos, aquel grito gutural en que, tal vez para ahorrar un fragmento de palabra, el viejo suprimía la última sílaba, reemplazádola por doliente prolongación de la vocal penúltima: Barquilleeeeé....

Murió el 19 de abril de 1686. Algunas loas y sainetes suyos, y el fragmento de la comedia Amor es arte de amar, que dejó sin concluir, se encuentran en las Varias poesías sagradas y profanas que dejó escritas D. Antonio de Solís, recogidas por Don Juan de Goyeneche: Madrid, 1692.

Concluída la redowa, la hermosa señorita siguió jugando en el teclado. Primero, escalas rapidísimas, cuyas notas se desgranaban como las cuentas de un collar; luego pasajes favoritos, temas predilectos, un fragmento melódico, arrullador y deleitoso. De pronto, cuando menos lo esperaba yo, dejó su asiento la tocadora. Cerró el piano y corrió a la ventana. ¡Linda, hechicera criatura!

Aquí, como para concentrar sus ideas, calló, bajose a tomar un fragmento de cuarzo, y frotándolo pensativo contra su manga, continuó: Otras veces lo había cargado sobre mis espaldas como ahora habéis visto; otras veces lo había traído a esta cabaña, cuando no se podía valer por mismo; más de una vez yo y el borriquito lo habíamos esperado allá arriba, recogiéndolo y trayéndolo a casa cuando no podía hablar, ni le era posible reconocerme.

no has podido comprenderme; ignorabas la verdad... Cuando te encontré en el camino de Pestum fuiste para un recuerdo del pasado, un fragmento de mi juventud, de la época en que sólo conocía vagamente á la doctora y no me había comprometido aún en el servicio de «informaciones»... Al principio me entretuvo tu entusiasmo amoroso.

Y Hans Keller, para ahogar su emoción, se sentaba al piano mientras Leonora, sugestionada, se aproximaba a él, rígida como una estatua, y con las manos perdidas en la áspera cabellera del músico, cantaba un fragmento de la inmortal Tetralogía. La adoración al gran muerto la convertía en una mujer nueva.

Palabra del Dia

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