Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de mayo de 2025


Hallábase el señor Visitador en el salón de su casa echando una mano de tresillo con unos amigos, y acababan de hacerle puesta real en solo de oros con estuches, falla y rey enano, cuando entró su mayordomo y, llamándolo aparte, le dijo: Un caballero quiere hablar en el instante con su señoría. ¡Algún importuno! Que vuelva mañana. ¿No te ha dicho su nombre?

Pero esta justicia á su vez podria dar fallos demasiado absolutos; la justicia es una, y las circunstancias de los pueblos son muy diferentes. La justicia no considera mas que los grados de culpabilidad, y falla en consecuencia.

Fuera de que la tierra no había sido nunca bien rastreada, las cuchillas no tenían filo, y con el paso rápido de las mulas, la carpidora saltaba. Volvió con ésta y afiló sus rejas; pero un tornillo en que ya al comprar la máquina había notado una falla, se rompió al armarla. Mandó un peón al obraje próximo, recomendándole el caballo, un buen animal, pero asoleado.

La iglesia de los católicos, situada en una eminencia, dominando varias calles espléndidas, es un monumento curioso por su forma circular, que le da el aspecto de un teatro, y su falla de torres y fachada ostentosa, cosas singulares en una iglesia católica. La inmensa rotunda que le sirve de techo, apoyada sobre un círculo de columnas muy considerables, tiene un aspecto grandioso.

El iniciador asocióse a dos zapateros y un carpintero, que, por tratarse de San José, se creía con derecho propio, y todos juntos formaron algo que bien podía llamarse Comité de Vecinos, teniendo por principal objeto dar sablazos en todo el barrio para el arreglo de la falla.

¡Bailad tranquilos, granujas alegres e insolentes; mirad la falla, burgueses bondadosos; reíd como gallinas cacareadoras, mujercillas que celebráis las contorsiones de los monigotes!

Y los dos viejos, que sólo necesitaban unas cuantas copas para ser dueños de la falla, de la plaza y del mundo entero, metiéronse en el cafetín a continuar la obra. Andresito seguía tieso en su puesto, sin mover los pies, con las piernas entumecidas y el cuello dolorido de mirar a lo alto. ¡Y la ingrata no reaparecía!

Estaba envuelto en el humo azulado, sutil y picante que se escapaba del fogón de los buñuelos; un vaho grasoso, inaguantable, capaz de hacer llorar y toser a los monigotes de la falla Y lo primero que vio al volver de sus ensueños fue un par de viejos que, asomados a la puerta del cafetín, le miraban con sonrisa burlona.

Toda la familia de doña Manuela se entusiasmó con el aspecto de la falla. Había que avisar a las amigas. Por la tarde tendrían música en la plaza; y la rumbosa viuda pensaba ya con placer en el «brillante» aspecto que presentaría su salón, bailando las niñas y sus amiguitas, mientras las mamas pasarían al comedor a tomar un chocolate digno del esplendor de la familia.

A trechos, en las paredes, mostrábanse, clavados, grandes carteles con versos valencianos en letras de colores, ante los cuales el público de las primeras horas obreros que iban al trabajo, criadas, barrenderos, etc. , después de deletrear trabajosamente, soltaba ruidosa carcajada. Pero lo que a las dos hermanas les llamaba la atención era la falla.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando