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Actualizado: 27 de mayo de 2025


Desde 1308 hasta 1848 Suiza ha pasado por una serie de cruentas luchas y de los mas extraños episodios, peleando unas veces por su libertad doméstica, otras rechazando las invasiones extranjeras, no pocas veces atacándose entre los cantones para disputarse territorios contiguos.

Cobra del Ministerio de Estado por las misiones extranjeras, que de nada sirven; del de la Guerra y del de Marina por el clero castrense; del de Instrucción pública y del de Justicia.

El piano sonó también casi todo aquel día, y al siguiente la señora marquesa, acompañada del caballero cacoquimio, del niño músico, de las dos criadas extranjeras y del perro, partió para Córdoba; y el caserón de Aransis se quedó otra vez solo, frío, obscuro, mudo, como inagotable arca de tristezas que, después de saqueada, conserva aún tristezas sin número. Capítulo X Sigue Beethoven

Esta procuraba persuadir al inglés de que las españolas se iban poniendo al nivel de las extranjeras, en cuanto a tierna afectación y artificio, porque ya se sabe que los que imitan servilmente, lo que copian siempre mejor son los defectos. ¡Qué ojos tiene! decía Rafael a su prima . ¡Qué bien guarnecidos de grandes y negras pestañas! Tienen el color y el atractivo del imán.

El teatro en Viena, como en toda la Alemania, se alimenta con traducciones: despues de Lessing, Schiller y Goëthe, que hicieron esfuerzos sobrehumanos para emancipar á su patria del tributo que pagan á las escenas extranjeras, nadie le ha levantado de su postracion: la literatura dramática, propiamente dicha, no existe en Alemania.

¡Id a mi patria, id extranjeras flores sembradas del viajero en el camino, y bajo su azul cielo, que guarda mis amores, contad del peregrino la que alienta por su patrio suelo! Id y decid...; decid que cuando el alba vuestro cáliz abrió por vez primera, cabe el Neckar helado, le vísteis silencioso a vuestro lado pensando en su constante primavera.

Traducciones de óperas italianas, que se habían cantado antes en el Buen Retiro, fueron las primeras obras extranjeras que penetraron en los teatros populares. Había en ellas algo digno de verse y de oirse; pero ¿cómo esperar del vulgo que tomase afición á las tres unidades, cuando recorría volando en pocas horas el cielo y el infierno y las cinco partes del mundo?

Yo creo que una cupletista es algo mucho más patriótico que un diputado o que un senador. En todos nuestros teatros del género ínfimo existe algo así como un convencimiento vago, pero muy firme, de que la mujer es una invención exclusivamente española. A las extranjeras no se les reconoce categoría de mujeres. Son muy poco gordas, muy poco negras, muy poco analfabetas.

Mientras que Francia, Inglaterra, Italia y Bélgica adelantaban extraordinariamente y se apoderaban de todos los mercados, nosotros sin recursos ni inteligencia teníamos que cederles el paso, llegando á la vanidad miserable de tener á gala vestirnos con telas extranjeras. Después de esto ¿qué hemos de decir?

Tenía más entendimiento que su hermana; vestía con esa sencillez airosa de las mujeres extranjeras que se ganan la vida en un mostrador de tienda elegante, o llevando la contabilidad de un restaurant. Su traje era siempre de un solo color, sin combinaciones, de un corte severo y como expeditivo, traje de mujer joven que sale sola a la calle y trabaja honradamente. Expliquemos esto.

Palabra del Dia

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