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Actualizado: 30 de abril de 2025


De forma que, no dudo que obran con mala , y que dicen lo que no piensan hacer, ofreciendo dejar Albuquerque cuando mas la fortifican, queriendo venir mas al sur, aprovechando de nuestra credulidad, fomentándola con voces estimuladas del deseo de quebrar nuestras ventajas, insinuadas en mi papel de 13 de Octubre que conocen muy bien; dándonos un testimonio de ello con haber dispuesto que no se use otra moneda en sus establecimientos de este rio que barras de oro con cierta marca, las cuales llevan un 75 % de aumento de su valor, para que no puedan introducirse en esta provincia por el comercio.

Las numerosas festividades del cristianismo, aumentadas todavía por los usos locales, les proporcionan frecuentemente la ocasion de reunirse para entregarse á las dansas alegres y jocosas, estimuladas por las repetidas libaciones de aguardiente, del cual abusan algunos hasta privarse de la razon.

Al primer choque murieron dos ó tres de los mas osados, y recobradas animosamente las tropas de Orellana, estimuladas por el ejemplo de valor que les dieron el capitan de caballeria, el cacique D. Andres Calisaya, el teniente de fusileros, D. Martin Cea, y su hijo D. Felipe, cargaron sobre los demas y lograron rechazarlos hasta fuera de la poblacion, matando á muchos en el alcance, en tanto que Orellana se dirigió á socorrer la trinchera de Santa Rosa, que defendia con valeroso teson el alferez de fusileros, D. Juan Cáceres.

Era necesario barrer para adentro, conciliar todas las voluntades, ahuyentar todos los escrúpulos, ahondar en cualquier rincón en que pudiera encontrarse un ochavo, escarbar en todo muladar en que pudiera hallarse un pelotón de hilas sucias, agotar todos los recursos de fiestas, bailes, toros, beneficios, francachelas y festivales, con que la caridad moderna ha encontrado el secreto de enjugar las lágrimas, al mismo tiempo que ensancha los corazones, refocila los estómagos y estira las piernas... ¡Socorrer a los heridos del Norte!... ¡Qué anzuelo tan a propósito para pescar desde las carlistas más recalcitrantes hasta las liberales más radicales!... Por eso había pensado él, para dar aquel barrido general y definitivo, en un gran baile, una fiesta sonada y famosísima, de ancha base, que debía dar la mona Jenny, Curra, convidando a todo el Madrid explotable, desde la presidenta consorte del comité carlista, hasta la ministra cesante, esposa dignísima del excelentísimo señor don Juan Antonio Martínez... Y allí, al calorcillo del champagne, que ablanda los corazones compasivos, bajo la influencia de las vanidades estimuladas que excitan el deseo de figurar, tender la red de la caridad, echar el anzuelo de los infelices heridos del Norte y pescar de una sola redada entre las mallas de la asociación de señoras a todo el Madrid femenino capaz de soltar la mosca... Celebraríase luego una junta general preparatoria en casa de Butrón mismo, presidida por Genoveva, y en ella había de presentarse y aprobarse por sorpresa la candidatura de una junta directiva, preparada ya antes, en que entrasen todos los elementos tan hábilmente combinados; que el partido restaurador tuviese mayoría y pudiera Butrón, entre bastidores, manejar a la Junta y a la Asociación entera con la misma facilidad con que se maneja el manubrio de un organillo.

Nada recordaba en aquel momento los vanos cuadros de los poetas; únicamente que, por un extraño contraste, cuanto más cundía mi desaliento, tanto más animado él se presentaba. Todas aquellas olas electrizadas por tan furioso movimiento hallábanse grandemente estimuladas y en posesión como de un alma fantástica.

Con lo dicho se verá antes de dos años que cada fuerte será una villa de mas de mil almas, porque á mas de los pobladores que acudirán de todas partes, todos los que hay en los fuertes actuales, que no bajan de 800 á 1,000 en cada uno, se trasladarán infaliblemente á las nuevas villas, estimuladas de los auxilios y de la propiedad de las tierras, que no tienen donde estan.

Las parejas de mulas, curiosamente enjaezadas, entran, dirigidas cada una por dos mozos de uniforme especial, al trote solamente. Un travesaño pendiente de las correas del tiro, con garfios de fierro, agarra el cadáver de un animal, casi hecho trizas; los látigos traquean, y las mulas parten á escape, como demonios frenéticos, saltando, tirando coces y bufando, estimuladas á golpes.

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