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Actualizado: 12 de octubre de 2025


Sus obras no sobresalen por ningún rasgo característico individual, por ninguno, á lo menos, digno de alabanza, y acaso no se pueda decir de ellas otra cosa, sino que su propiedad más notable es la de una locuacidad insípida é hinchada, por su estilo retórico y ostentoso y por su falta de fondo y de vida.

A los veintidós años entró, como crítico de artes, en la redacción de El Orden, desde cuyas columnas defendió los atrevimientos revolucionarios de Rodin, Pissaro, Claudio Monet, etc.; pero la novedad de sus opiniones y las violencias de su estilo, le dejaban cesante poco después.

Barcelona 3 de Noviembre de MDCXX. Si no tuviéramos tan repetidas pruebas del descuido, con que antes de ahora se han mirado los mas preciosos monumentos de nuestros mejores Escritores, pudiera serla la presente obra, á quien ni la dignidad de su Autor, ni la grandeza del asunto, ni la elegancia del estilo pudieron eximir de la fatal suerte que otras de no inferior mérito han experimentado.

No es solamente en la Alhambra donde debe ser estudiado el estilo de los árabes; merece ser estudiado en Sevilla, y, mas aun que en Sevilla, en Córdoba, en esa Córdoba medio musulmana aun despues de haber pasado sobre ella la tea de las discordias civiles, la espada de los reyes cristianos, el hacha de las revoluciones y el pico de la ignorancia y la barbarie.

Pero el estilo popular y el de la corte luchan en el terreno del arte como en el de la política, en el de la religion y en el de la literatura, hasta que en la gran contienda queda por fin el principio espiritualista vencido en el siglo del renacimiento.

Así, pues, lo natural era que, viendo Salomón a Echeloría enamorada de otro, afligida y llorosa, y rechazándole por estilo arisco y montaraz, había de mostrarse desprendido. Al hacer esta suposición, muy plausible, Mutileder se ponía colorado de vergüenza.

Para que haya un Régulo es menester que haya cartagineses; para que haya un sabio que beba tranquilo la cicuta es menester que haya jueces inicuos que por odio a sus discreciones y sabidurías le condenen a beberla, y para que haya mártires que se dejen desollar o que se dejen asar a fuego lento en unas parrillas es menester que haya tiranos tan empedernidos y atroces, que los manden desollar o asar porque no se prestan a adorar los ídolos o por otra tontería por el estilo.

El coro tiene primorosas esculturas y bajos relieves muy bellos en encina y nogal; pero es difícil apreciarlos por la oscuridad del templo, siempre sombrío y solitario. La iglesia de San Pedro, que es tambien de estilo gótico, puro y de la misma época ó quizas anterior, situada en el centro de Lyon, es todavía de un tipo mas vigoroso por su desnudez, su tristeza y sus proporciones de conjunto.

Una zagalita de trece a catorce años de puro perfil virginal y el moño de la cabeza apretado por un pañolito azul al estilo del país se acercó a Reynoso y apoyó el brazo en su hombro con encantadora familiaridad. Elena sintió la mordedura de los celos y le clavó una mirada fulgurante capaz de reducirla a ceniza.

Y como el conjunto forma algo a modo de novela, si bien con poco o ningún enredo, yo imaginé en un principio que tal vez el señor deán quiso ejercitar su ingenio componiéndola en algunos ratos de ocio; pero, mirado el asunto con más detención y, notando la natural sencillez del estilo, me inclino a creer ahora que no hay tal novela, sino que las cartas son copia de verdaderas cartas, que el señor deán rasgó, quemó o devolvió a sus dueños, y que la parte narrativa, designada con el título bíblico de Paralipómenos, es la sola obra del señor deán, a fin de completar el cuadro con sucesos que las cartas no refieren.

Palabra del Dia

crocus

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