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Las edades, los tiempos, las esperanzas, las tiernas conmemoraciones y todo cuanto constituyen esos eternos fantasmas que se suceden sin interrupción en el gran laboratorio que da calor al alma, son completamente desconocidos en la morada de Ambrosio. No sabe cuándo nació y confusamente recuerda los cabos de año que ha celebrado desde que murieron sus padres.

le propones que se decida en un mes o por los placeres de esta capital, por los triunfos de amor propio que aquí pueda tener y por las esperanzas ambiciosas que puedan nacer en su alma, o por tu persona, tu amor y tu mano. Esto sería discreto si no hubiese una circunstancia que lo echa a perder y que ha descubierto ella en seguida. »Es esta circunstancia tu ausencia.

De este modo consolaba a su nuera, que más le parecía hija; pero allá en sus adentros deseaba tanto como Jacinta la aparición de un muchacho que perpetuase la casta y les alegrase a todos. Se callaba este ardiente deseo por no aumentar la pena de la otra; mas atendía con ansia a todo lo que pudiera ser síntoma de esperanzas de sucesión. ¡Pero quia!

Valls no quería hablar hasta que todo estuviese resuelto. Febrer movió los hombros al enterarse de estas esperanzas. «¡Bah!

Mucho me hubiera sorprendido hace diez años el que me hubiesen profetizado, que ese viejo notario, cuyo lenguaje formalista y seca política, nos divertía tanto, á mi padre y á , había de ser un día el oráculo de quien esperara el decreto supremo de mi destino... Hago lo posible para ponerme en guardia contra esperanzas exageradas; he calculado aproximativamente que, pagadas todas nuestras deudas, nos quedará un capital de ciento veinte á ciento cincuenta mil francos.

Jamás he vivido tan rápidamente, jamás me he visto obsesionado por tantas preocupaciones. Un solo día de mi vida actual reúne tantos sentimientos tumultuosos, temores, esperanzas, alegrías, tormentos, proyectos, irresoluciones como el resto de mi existencia pasada.

Dejando aquesta costa á izquierda mano, Despues de veinte y cinco dias pasados De nuestro navegar por el Oceano, De vanas esperanzas confiados, A la Gomera un dia muy temprano Llegamos, los peligros olvidados: Que pasado el peligro, olvida luego El marchante el voto, prece y ruego.

... ¿No sufrís por él?... Sufro, ... sufro una humillación que no he buscado, á la que no le he dado lugar, porque no le he dado esperanzas de ningún género. Os sentís humillada... luego amáis.

Desde entonces educó a la niña sin esperanzas de salvarla; como si cultivara una flor podrida ya por la mordedura de un gusano. No esperaba nada, pero cumplía su deber. Se discutió el caso fisiológicamente. Se formaron partidos; unos decían que bien podía ser, y se citaban multitud de ejemplos de precocidad semejante.

Allí, mojando buñuelos en el fangoso líquido de la taza, sentía renacer otra vez sus esperanzas, aunque menos intensas que en el ambiente cálido de la redacción. El sería algo; él subiría alto. Siempre que llenaba el estómago, sentíase animado por una fe ciega en su destino. Y con tales esperanzas, emprendía la caminata hacia los Cuatro Caminos, para reposar en el camastro todavía caliente.