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Actualizado: 10 de octubre de 2025
Los Juanistas, Luisistas y Lorenzistas fueron volando á las entradas de su bosque, ó á las abras de las montañas, por la parte que mira á sus estancias, porque hácia aquella parte como dijimos, el enemigo habia declinado. El capitan de la Concepcion, Neenguirú, habiendo enterrado los muertos, se retirò á sus estancias, los de San Nicolas á las suyas, y los otros á otras partes.
Últimamente despues de haber hecho grandes daños en toda la Provincia, se hicieron fuertes en las ruinas de la antigua Casandria, uno de los mejores puestos de toda la Provincia, por estar vecino al mar, y toda la comarca de aquel cabo fértil y apacible, por los muchos senos, y entradas que el mar hace y de donde fácilmente, ó por lo ménos con más comodidad que de otro cualquier lugar, podian hacer sus entradas la tierra á dentro, y tener á Tesalónica cabeza de la provincia en continuo recelo de su daño.
Los pies se movían como en una playa crujiente sobre la hulla desmenuzada. Un sabor de humo y de grasa descendía por las gargantas. Volvieron a las máquinas, y junto a ellas escucharon las explicaciones del guía. En las entradas y salidas de los puertos, en todo momento difícil, el primer ingeniero se colocaba en una galería alta, lo mismo que el comandante del buque tomaba su sitio en el puente.
Mi hermano me pedía pan añadió Teodoro y yo le respondía: «¿Pan has dicho?, toma matemáticas...» Un día mi amo me dio entradas para el teatro de la Cruz; llevé a mi hermano y nos divertimos mucho; pero Carlos cogió una pulmonía.... ¡Obstáculo terrible, inmenso! Esto era recibir un balazo al principio de la acción.... Pero no, ¿quién desmaya?, adelante... a curarle se ha dicho.
Buscando manera de pasar las horas de que disponíamos más dignamente que vagando por las calles, tropezamos al bajar la cuesta de Santo Domingo con el Teatro Real. Al instante se me ocurrió la idea de entrar: Teresa la aceptó inmediatamente, y a fin de que no reparasen en nosotros, tomamos entradas de paraíso.
Burton Blair nunca olvidó a sus amigos... ni tampoco perdonó una mala acción que se cometiera con él. Mabel era su ídolo, la única y verdadera depositaria de sus secretos, y parecía todavía más extraño que ella no supiera absolutamente nada sobre la misteriosa fuente de donde surgían sus colosales entradas.
No: era una prenda híbrida, un arreglo del ruso al español, un cubrepersona de corte no muy conforme con el usual patrón. Ello es que su pañuelo rojo, sus lágrimas acabadas de secar, su gabán raído y de muy difícil calificación en indumentaria, su agraciado rostro, su ademán de resignación, sus botas mayores que los pies y ya entradas en días, inspiraban lástima.
Que se han mantenido en ese sitio á fuerza de valor: que los indios les han hecho muchas entradas, y no los han podido vencer: que para salir les impide ser una sola la entrada, en la que hay un cerro donde tienen un sentinela los indios para avisar si alguno sale, y atajarlo, como ha sucedido con algunos: que son muchos los que lo han intentado, y han sido muertos por los indios, por lo que solo se mantienen defendiendo las entradas.
»Con esto, me despedí al punto de entrambos; y ella, arrancándosele el alma, al parecer, se fue con su padre; y yo, con achaque de buscar las yerbas, rodeé muy bien y a mi placer todo el jardín: miré bien las entradas y salidas, y la fortaleza de la casa, y la comodidad que se podía ofrecer para facilitar todo nuestro negocio.
Hay otro zapatero de viejo, ambulante, que hace su oficio de comprar desechos... pero éste regularmente es un ladrón encubierto que se informa de ese modo de las entradas y salidas de las casas, de... en una palabra, no tiene comparación con nuestro zapatero. Otra multitud de oficios menudos merecen aún una historia particular, que les haríamos si no temiésemos fastidiar a nuestros lectores.
Palabra del Dia
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