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Actualizado: 4 de mayo de 2025
Acababa de hacer honor al dorado pollo, á la fresca ensalada y á la botella de viejo Burdeos que constituían el detalle del festín, cuando la señorita de Porhoet, que se hallaba al parecer encantada de mi apetito, hizo recaer la conversación sobre la familia Laroque. Le confieso me dijo, que el antiguo corsario no me gusta nada.
Allí quisiera ver ella a su hermano, el maldito tacaño, incapaz de convidar a sus amigos a una ensalada. ¡Cómo ensanchaba el alma ver a la familia con sus amigos celebrando la Pascua tradicional!
Y se puso a describir con bastante gracia la vida matrimonial de su hija. Lo mismo ella que el marido eran un par de chiquillos mimosos, insoportables. Sobre si no la había pasado el plato a tiempo o no la había echado agua en la copa, sobre los botones de la camisa, o si no cepillaron la ropa, o tenía la ensalada demasiado aceite, armaban caramillos monstruosos.
Y yo no me enfadé, y volví, y todos los días le traía algo á la Silvia. Como usted era el que iba á la compra, no le podíamos sisar, y la infeliz no tenía una triste chambra que ponerse. Era una mártira, D. Francisco, una mártira; ¡y usted guardando el dinero y dándolo á peseta por duro al mes! Y mientre tanto, no comían más que mojama cruda con pan seco y ensalada.
ENSALADA DE ALCACHOFAS. Una vez cocidos con agua y sal los tallos y cabecitas más tiernas de alcachofas, se sirven con aceite y vinagre. ENSALADA DE PATATAS. Después de cocidas con agua y sal, se pelan y cortan a ruedecitas, componiéndolas con aceite y vinagre. Sirven todas las ensaladas para adornar platos.
Cayó sobre aquel forraje de la ensalada, e inclinaba la cara sobre ella como el bruto sobre la cavidad del pesebre lleno de yerba. «Le diré a usted, tía murmuraba con el gruñido que la masticación le permitía . Yo no soy de mucho comer, aunque lo parezca». Podías serlo más. Come, hijo, que el comer no es pecado gordo. Le diré a usted, tía...
No te sobresalte cosa alguna, pues ninguna hay que pueda darte pesadumbre, pues, como ya te he dicho, los turcos, a mi ruego, se volvieron por donde entraron''. ''Ellos, señor, la sobresaltaron, como has dicho -dije yo a su padre-; mas, pues ella dice que yo me vaya, no la quiero dar pesadumbre: quédate en paz, y, con tu licencia, volveré, si fuere menester, por yerbas a este jardín; que, según dice mi amo, en ninguno las hay mejores para ensalada que en él''. ''Todas las que quisieres podrás volver -respondió Agi Morato-, que mi hija no dice esto porque tú ni ninguno de los cristianos la enojaban, sino que, por decir que los turcos se fuesen, dijo que tú te fueses, o porque ya era hora que buscases tus yerbas''.
Conocedor Nicolás de la tremenda noticia, le faltó tiempo para pegar la hebra de su soporífero sermón, sólo interrumpido cuando Papitos trajo la ensalada.
MEZCLA DE ENSALADA. Háganse con lechuga, ruedecitas de pepino, atún en escabeche y huevos duros partidos en ruedecitas, y sírvase con aceite y vinagre. PUNTAS DE ESPÁRRAGOS. Cocidas las puntas de espárragos se componen con aceite y vinagre, mezclándoles rajitas de huevo duro.
Algunos pescados, algunos pavos, la tradicional ensalada de frutas, a las que da color el rojo betabel, algunos dulces, un puding hecho con harina de trigo, de maíz y pasas, y todo acompañado con el famoso y blanco pan del pueblo, he ahí lo que constituyó ese banquete, tan variado en otras partes.
Palabra del Dia
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