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Actualizado: 13 de julio de 2025
¡Enhorabuena! contesté yo, pero me parece que deberias mostrarte más respetuosa con esta antigüedad científica, porque has de saber que te encuentras en lo que se llama el barrio latino, un barrio muy célebre, aunque no sea sino por los muchos grandes hombres que aquí se han formado, que de aquí han salido para ilustrar al mundo, y que pisaron estas mismas piedras que pisamos nosotros en este momento.
El billar es su elemento: los intervalos que le deja libre el juego suéleselos ocupar cierta clase de mujeres, únicas que pueden hacerle cara todavía, y en cuyo trato toma sus peregrinos conocimientos acerca del corazón femenino. A veces el calavera lampiño se finge malo para darse importancia; y si puede estarlo de veras, mejor; entonces está de enhorabuena.
Pero... me olvidaba... esta carta no puede ir sin otra suya, y él no ha venido. En aquel momento entró en el cuarto una dama de la reina que venía de ceremonia. ¡Ah, doña María! exclamó la joven. Vengo, doña Clara, primero á daros la enhorabuena... una triple enhorabuena... qué sé yo cuántas enhorabuenas... ¡Oh! ¡Muchas gracias, señora! Anselmo, vete fuera. Sentáos, doña María.
Le dieron la enhorabuena calurosamente por una oración que había pronunciado el día anterior en el oratorio del Caballero de Gracia. El se contentó con sonreír y murmurar dulcemente: Dénsela a ustedes, señoras, si han sacado algún fruto. El padre Ortega no era un clérigo vulgar, al menos en la opinión de la sociedad elegante de la corte, donde tenía mucho partido.
En lo tocante á la certeza, conviene no perder de vista la observacion que precede: hacerse demasiado exclusivo, es colocarse al borde del error. Analícense enhorabuena las fuentes de verdad; pero al mirarlas por separado, no se pierda de vista el conjunto. Concebir de antemano un sistema, y querer sujetarlo todo á sus exigencias, es poner la verdad en el lecho de Procusto.
Los tres se burlaban de don Bernardino. Y entre burlas y risas se encontraron en la Cava Baja de San Miguel, delante de una puerta. Ante todo, señores, nadie paga más que yo dijo Montiño. Concedido dijo el alférez. Muy bien añadió Velludo , pero á condición que yo he de pagar otra vez. Bueno; pero esta noche, esta noche es mía. Enhorabuena. Y acercándose el alférez á la puerta, llamó.
Pero ni tuvo tiempo de asustarse porque vio entrar a Nicolás haciendo aspavientos de júbilo, el rostro encendido, los ojos chispos, y llegándose a su cuñada le dio un fuerte abrazo: «Denme todos la enhorabuena... Ya... al fin... No ha sido favor, sino justicia. Pero estoy muy agradecido a las personas que...». ¡Gracias a Dios!
Les hizo mucha gracia el que me hubiese casado, no sé por qué, y se rieron a mi costa un rato. Uno de ellos me dijo, con semblante risueño y protector: Bien, amigo Sanjurjo; le doy a usted la enhorabuena. Todos le deseamos muchas felicidades y que no tarde usted en volver en comisión, con otros diputados provinciales, a gestionar la rebaja de la tarifa de Consumos.
Nuestra reina es una guapa señora; pero para U. no hay mejor reina que la libertad. Enhorabuena.» La Corte es un mundo muy diferente de la aristocracia. Talvez la de España es la mas corrompida de Europa, despues de las de Turquía y Roma. Es allí donde se agitan y pululan los mas extraños manejos y las mas impuras intrigas, á despecho de la nacion española.
Rocafort con su infantería, y Marulli hizo lo mismo, habiendo primero los Almugavares hecho su señal acostumbrada en los encuentros más arduos, que era dar con las puntas de las espadas y picas por el suelo, y decir: despierta hierro; y fué cosa notable lo que hicieron aquel dia, que antes de vencer, se daban unos á otros la enhorabuena, y se animaban con cierta confianza del buen suceso.
Palabra del Dia
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