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Actualizado: 4 de junio de 2025
Pero conmigo muy superficiales... y yo soy ahora el amo de la casa y quien puede autorizar o desautorizar las visitas de mi mujer. Nanín avergonzado y queriendo sacudir el embarazo que sentía replicó: ¿Y para una tontería como ésta me hace usted salir del palco? ¡Hombre, no merecía la pena!
En los casos mas agudos, hay siempre un fondo de astenia, embarazo gástrico, lengua blanca y ancha, adipsia, orinas mas abundantes, grande debilidad, vértigos, turgencia en la piel y lentitud del pulso, diarrea algunas veces.
Así hubiera sido propietario, mientras que ahora tendré que vivir siempre en casa de los otros. ¿Y no se te ha ocurrido nunca hacer por tu cuenta lo que la enfermedad no había hecho? Mantoux la miró fijamente con una turbación visible. No sabía si se trataba de un juez o de un cómplice. Ella le sacó de su embarazo añadiendo: Yo te conozco; te había visto en Tolón.
Aprovechando el momento, por medio de un poderoso émbolo le lanza un tonel de leche. El macho no suele abandonarla, y grande es su embarazo cuando el pescador feroz ataca al ballenato.
Tristán dio las gracias repetidas veces sin poder disimular su embarazo. Estaba realmente abochornado por su intemperancia pasada. El caballero se volvió a su rincón y de nuevo reinó el silencio. Tristán creía notar que las dos señoras le miraban con desprecio y acaso no le faltaba razón. Poco después el generoso caballero se asomó también a la ventanilla.
7 Vosotros corríais bien, ¿quién os embarazó para no obedecer a la verdad? 8 Esta persuasión no es de aquel que os llama. 9 Un poco de levadura leuda toda la masa. 10 Yo confío de vosotros en el Señor, que ninguna otra cosa sentiréis; mas el que os inquieta, llevará el juicio, quienquiera que él sea. 11 Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía?
Pero arriba, en la suya, no quedaba nada: la noche anterior había devorado media libreta y las cortezas de un cuarterón de queso. Feli no comía; hacía tiempo que el embarazo y la repugnancia a los manjares groseros teníanla en perpetua inapetencia. Había que vivir... ¡adelante!
Francisca observó el embarazo general, y con su vivacidad de siempre, se apresuró a quitar al asunto todo carácter personal. ¡Vaya un cargante! exclamó. Qué manía de hacer sumas y restas... Solamente en el registro se puede tener un gusto tan pronunciado por el cálculo y sus complicaciones... Siempre es útil saber contar dijo dulcemente Genoveva.
Pues sí, naturalmente, desde hace dos días te esperábamos por momentos; es decir que comenzábamos a creer... Había encerrado mi mano en las suyas y trataba de verme la cara. En su actitud había una mezcla particular de cordialidad y de embarazo: parecía que trataba en vano de encontrar en mí a su antigua amiga, su antigua confidente. ¿Cómo está Marta? pregunté.
Por fin llegó a ser una afectación inútil, ridícula, el negar la próxima catástrofe, pues por tal la tenía ella. Emma dejó de apretarse el corsé, dejó de defenderse; si en los primeros meses había sido poco ostensible el embarazo, al acercarse el trance saltaba a la vista.
Palabra del Dia
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