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Actualizado: 13 de junio de 2025


Marchaban en tal estado de agitación que los esposos se detuvieron sorprendidos y recelosos. ¡Vicenta! Las domésticas tuvieron el paso, y al verles, el miedo y el dolor se pintó en sus semblantes. ¡Ay, señoritos del alma! exclamaron casi a un tiempo las dos. ¿Qué ocurre? preguntó Mario petrificado de terror. ¿El niño?... ¿un coche?... gritó Carlota sacudiendo a la niñera por el brazo.

Así, pues, la civilización es del todo irrealizable, la barbarie es normal , y gracias si las costumbres domésticas conservan un corto depósito de moral.

Los hombres, al recordar que esta mujer se batía lo mismo que ellos, encontraban lógico que se considerase superior á las otras, gordas aves domésticas que se habían lanzado al campo para marchar detrás de los combatientes, escarbando con el pico el terreno de la lucha, en busca de los residuos de la victoria. Su fidelidad matrimonial era también muy admirada.

Son éstos de color de aceituna, de estatura ordinariamente grande, de genio despierto y alegre, ni se entristecen fácilmente, sino es acaso en sus desgracias domésticas; son prontos de entendimiento y aprenden maravillosamente los oficios mecánicos: pero torpes y duros en creer lo que no alcanzan los sentidos materiales.

Entróse, y encontró á la señora María entregada á sus faenas domésticas, y al señor Melchor Argote sentado junto á un fuego mezquino almorzando pan y queso. Dios os guarde, señora dijo don Juan entrando. Miróle la vieja con su vista cruzada durante un segundo, y luego dijo: ¡Jesús, buen mozo! ¡yo os daba por perdido! ¿y de dónde venís, hijo?

El hombre ya manumitido de supersticiones y que acepta con buena gracia los postulados biológicos, trazará una vía ancha, en lugar llano, y edificará viviendas holgadas, aireadas, luminosas, higiénicas, conforme a un patrón fijo y que mejor provea en las necesidades domésticas. El conjunto será una calle lógica, decorosa, bella.

El patio se había ido despoblando poco a poco. El muchacho se había callado y una guitarra también. Sólo la otra persistía murmurando suavemente una canción melancólica. La cigarrera no tuvo inconveniente en ponerme al tanto de sus intimidades domésticas. Se había casado por amor, contra la voluntad de sus padres.

Jamás había visto en el semblante de su madrina tanta frialdad y dureza. Quedó asombrada, pensativa y dejó ya, sin hacer el más leve movimiento, que Paula cumpliese el mandato. Pronto quedó la cabecita rubia mondada como un melocotón. Las domésticas prorrumpieron en carcajadas.

Ella tenía genio, sabía comprar, sabía vender, pero ignoraba el arte de guardar, que es el arte de enriquecer. A la escasez se unían las continuas reyertas domésticas para abatir más el espíritu de la pobre viuda de Peralvillo y poner su estómago más dolorido. Un hecho importante ocurrió poco después de la ruina. No lo pasemos en silencio por lo mucho que a ambos favorece.

Ya no se mostraban en las galerías exteriores las domésticas mal vestidas y realizando al aire libre ciertos trabajos de limpieza. La presencia de aquella señora tan hermosa y elegante había impuesto á la servidumbre nuevos cuidados personales. Hasta la gorda Sebastiana iba vestida todos los días «de domingo», como decían sus amigas.

Palabra del Dia

rigoleto

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