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Actualizado: 14 de julio de 2025
No obstante, seguían tenaces en el bosque, disparando de cuando en cuando alguna que otra flecha. Al caer la tarde, los pobres sitiados experimentaban ya las torturas del hambre y sobre todo de la sed. Desde la mañana sólo habían comido aquellas galletas, y desde la noche anterior no bebían un solo trago de agua.
Pues palante exclamó el catalán, disparando su risa , y aunque sea de doscientos reales. Pero cuatro o cinco amigos nada más».
Desde el lunes, 22 de septiembre, estoy aquí completamente sola; he venido para presenciar nuestra pobre vendimia. Alfonso, Mariana, su madre y Julia, partieron el miércoles 17 para Montculot, en donde les han hecho un recibimiento como a los antiguos señores de otros tiempos. Fueron a darles la bienvenida las mujeres vestidas de blanco, y los hombres disparando al aire sus fusiles.
Al que no quiere caldo, taza y media: a quedarme sin destino voy quizás, ¡y de casamiento me hablas! Tonto, no te propongo mujer que te haga peso, sino que te traiga pesos. Y el prohombre celebró su propio retruécano disparando larga risa. Miranda quedose pensativo mascando la miga de la proposición, cuyas ventajas le saltaron a los ojos prontamente.
105 Del sueldo nada les cuento, porque andaba disparando; nosotros de cuando en cuando solíamos ladrar de pobres: nunca llegaban los cobres que se estaban aguardando. 106 Y andábamos de mugrientos que el mirarnos daba horror; les juro que era un dolor ver esos hombres, ¡por cristo! En mi perra vida he visto una miseria mayor.
Más tarde, la desobediencia entraba en la ciudad misma; últimamente, hombres armados recorrían las calles a caballo disparando tiros, que daban muerte a algunos transeúntes.
Creyó oír una voz, la de algunos de aquellos fantasmas negros que, sable en mano o disparando tiros, pasaban ante sus ojos espantados que todo lo veían envuelto en densa niebla. Déjale: ¿no ves que es un señorito?... Por primera vez en su vida se dio cuenta de las ventajas y privilegios de aquel traje que era para él un uniforme de miseria.
Ahora, como ya se han aplicado a la guerra las matemáticas y otras ciencias, y se caza y se pesca en la Bolsa, en los Congresos, en Sociedades mercantiles e industriales, no disparando flechazos, sino creando valores, acciones, obligaciones y otros proyectiles más complicados, los grados que se necesitan son 20.
Ni fue el último, porque más adelante, en un sembrado, aún levantó el can un bando tan numeroso, tan próximo, y que salía tan a tiro, que era casi imposible no tumbar dos o tres perdices disparando a bulto. Otra vez hizo fuego Julián. El perdiguero ladraba de entusiasmo y de gozo.... Mas ninguna perdiz cayó.
Y como Lucía se quedase dudosa, indecisa, sin acertar ni a darle los buenos días, ni a arrojarse en sus brazos, Gonzalvo, censor eterno y sempiterno del matrimonio, desenlazó la extraña situación disparando la risa, y adelantándose a dar un abrazo jocoserio a aquella lamentable caricatura del esposo que llega.
Palabra del Dia
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