Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de junio de 2025


El ministro continuaba citándole frecuentemente a su despacho con otros diputados de la mayoría, y allí, mano a mano y como en familia, se contaban las fuerzas y se discutían las batallas que, por de pronto, necesitaba dar el Gobierno, sin perjuicio de otras más rudas que tendría que librar más adelante. No se apuraba don Simón por esto, pues no paraba mientes en tan poca cosa.

Se quitaban la boina para sacudirla el agua, dejaban en el suelo el barro de sus zapatones claveteados, y sorbiéndose una taza de café con toques de aguardiente, discutían con la tabernera la comida que había de prepararles para las once, cuando emprendiesen el regreso al pueblo.

Poco sueño tenían los del castillo aquella noche. Los extraños celebraban en su aposento sus conciliábulos animados; transmitíanse las opiniones de una pieza a otra. Los hombres discutían lo tocante al honor; las mujeres, excitadas y nerviosas, peroraban a media voz, enjugaban algunas lágrimas, y en su interior estaban contentísimas.

Cuando entró con su padre, don Alejandro y su amigo el comandante discutían sobre unas noticias políticas que el primero acababa de leer en los periódicos, y Nieves, sentada en el balcón, se adormecía al arrullo de las lejanas rompientes de la mar... Leto, que cabalmente flaqueaba por el lado de la travesura para entretener a las mujeres, y aquella noche mucho más, iba y venía de la sala al balcón y del balcón a la sala, pescando aquí dos palabras y dirigiendo allá otras dos a Nieves que estaba muy poco habladora.

Así continuó comentando Simón, atentamente escuchado por Roger, mientras su hercúleo compañero contemplaba con interés los grupos de pajes y escuderos, los magníficos lebreles y los mozos que limpiaban armas y monturas ó discutían sobre los méritos de los corceles pertenecientes á sus señores respectivos.

Desde la Tiplona acá no se había visto jamás que unos cómicos permanecieran, por fas o por nefas, tanto tiempo en el pueblo. Casi se les tomaba por vecinos, y Julio y Gaetano ya discutían en el Casino, aunque con cierta discreción y medida, todas las candentes cuestiones de interés local.

Discutían a gritos por el turno. ¿Quién da la vez? preguntaba al presentarse un nuevo carretero. Y al responderle el que había llegado momentos antes, colocaba sus cántaros junto a los de éste, con el propósito de repeler a trallazos cualquiera intrusión en el turno.

Seguros de que no les seguirían, al menos por el momento, pues los indígenas del Continente sólo acostumbran atacar de noche, volvieron a escalar las rocas y bajaron después al campamento. Con gran sorpresa vieron que los trabajos no habían empezado aún, por más que ya el sol había salido. Los pescadores se habían retirado hacia las chalupas y discutían acaloradamente.

Comentaban los defectos de todos los espadas, discutían sus méritos y el dinero que ganaban, mientras el enfermo escuchábales en forzosa inmovilidad o caía en una torpeza soñolienta, mecido por el susurro de la conversación.

El tiempo sin embargo transcurría; una especie de intimidad, como ya hemos dicho, se había establecido entre estos dos hombres instruídos é inteligentes; discutían todos los temas relativos á asuntos morales ó religiosos, así como los negocios públicos ó de carácter privado; cada uno hablaba también mucho de materias que parecían puramente personales; y sin embargo, ningún secreto, como el médico imaginó que debía de existir, se escapó de los labios del joven ministro.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando