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Actualizado: 16 de mayo de 2025


Después de cada parada volvía, como si hubiese descansado, y con mayores bríos, a manera de corcel que siente el acicate, a devorar el camino.

Con su buen instinto de hombre práctico, puso orden en aquel maremágnum: vendió fincas, canceló hipotecas, pagó a los usureros con harto pesar de éstos, que querían ver correr los intereses hasta devorar al cliente, y al fin, un día pudo decir a su hermana: Mira, chica, ya tienes libre y sano lo que te queda, pero te advierto que no eres rica.

Mas ¡cuán pasagera fue tu dicha para el dolor y la amargura que hubiste de devorar en medio de las tinieblas y el silencio! Casto Longino, gobernador en nombre de César, te arrancó tu libertad y tus tesoros: sufriste, lloraste; y cuando no pudiste ya con tus pesares, no encontraste otro medio para salvarte de su codicia que lanzarte al campo de batalla.

: no es así, no puede ser así, esto es un absurdo que la razon mas estraviada no alcanza á devorar; este es un recurso tan desesperado como impotente para explicar un misterio si se quiere, pero mil veces menos oscuro que el sistema con que se le pretende aclarar.

Encerrados en el templo desde la tarde anterior, se retiraban a sus casas a dormir. El perro emprendía el camino del Seminario para devorar las sobras de la comida de los estudiantes, hasta que le buscasen los guardianes para encerrarse de nuevo. Luna bajó los peldaños de la portada y entró en la catedral.

Quisiera que desde mañana dedicáseis un par de horas diarias á instruir en lo posible á mi nieta Constanza, que bien lo necesita y no gusta de estudios. No parece sino que aprendió á leer para devorar novelas sentimentales é inútiles ó trovas insulsas.

Vió á un sanitario que con la espalda apoyada en un tronco iba á devorar un pan y un pedazo de embutido. Sus ojos envidiosos examinaron á este hombre, grande, cuadrado, de mandíbula fuerte cubierta por la florescencia de una barba roja. Avanzó con muda invitación una moneda de oro entre sus dedos.

Un hecho nuevo, una nueva emocion, un nuevo trabajo, el jornal de otro dia; el plato de hoy; quizás una emocion contraria, acaso el plato que le envenena; pero la ley es devorar, la necesidad es sentir lo que no se ha sentido; la pasion es no envejecer en una idea, en un sentimiento, en una institucion: hoy una institucion, otro dia la contraria.

Pero yo, no; yo río, triunfo, reino; y la enterraré y después me casaré. ¡Ya ha muerto! ¡Al fin ha pagado su deuda! ¡al fin me devuelve todo lo que me había robado! ¡y entraré en posesión de mi amante y de mi hijo! ¿Por qué me mira usted con esos ojos de extrañeza? ¿Es que creía usted que iba a contenerme? Ya he hecho bastante con devorar mi rabia durante ocho meses.

Los filamentos de los árboles carnívoros eran guirnaldas de lámparas; los ojos de los animales cazadores, globos eléctricos; las insignificantes bacterias, glándulas fotógenas; y todos ellos abrían ó cerraban sus conmutadores fosforescentes según la necesidad del momento, unas veces para perseguir y devorar, otras para mantenerse disimulados en las tinieblas.

Palabra del Dia

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