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Actualizado: 1 de julio de 2025
¡Ah! exclamó, sonriendo, dejando ver toda la hermosura de sus hoyueladas mejillas. Es algo que a usted se refiere. ¿A mí? Sí. ¿Quién fué? Un pajarito. ¿Un pajarito? Sí. ¿De qué color? ¿Azul, como el de los cuentos? Angelina no me contestó, y como si creyera que había dicho algo inconveniente siguió hablando de otra cosa: ¡de la obra que tenían empezada, de no sé qué!...
Cuando se aburría de las muñecas, tomaba su libro de cuentos, y llegaba el caso de referir lo que leía sin olvidar un detalle, condimentando su relación con observaciones propias, siempre atinadas. Don Bernardino, asustado de esta precocidad, hablaba con terror de la meningitis.
E aquellos que lo recibian, tenian cargo de lo vender á los de la hueste á un precio tasado, que ni bajaba ni subia mas. En esta negociacion, contado el precio que costaba el trigo é la cebada i el precio á como se vendia, i las costas que sobre ello se facian, se falló de pérdida en tiempo de seis meses, mas de cuarenta cuentos de maravedís.
-A escribir de otra suerte -dijo don Quijote-, no fuera escribir verdades, sino mentiras; y los historiadores que de mentiras se valen habían de ser quemados, como los que hacen moneda falsa; y no sé yo qué le movió al autor a valerse de novelas y cuentos ajenos, habiendo tanto que escribir en los míos: sin duda se debió de atener al refrán: "De paja y de heno...", etcétera.
Como suelen decir, esto se hace sin gana, y si ya desde hoy no nos soltamos a encomiarlo todo de una vez, es porque somos como cierto sujeto de Ubeda, cuyo caso no he de callar por vida mía, mas que en cuentos y relatos me llame el lector pesado.
A fe, no sospechaba nada, nada, nada. ¿Usted piensa que iba a quedarme allí ni dos días, caso de averiguarlo antes? ¿Autorizar con mi presencia un amancebamiento? ¿Pero... usted está seguro de lo que dice? Hombre.... ¿tiene usted gana de cuentos? ¿Es usted ciego? ¿No lo ha notado? Pues repárelo. ¡Qué sé yo! ¡Cuando uno no está en la malicia! Y el niño..., ¡infeliz criatura!
Pues miente quien tal diga gritó Trabuco muy disgustado con la noticia . Y ese señor don Juan Tenorio puede llamar a otra puerta, que la Regenta es una fortaleza inexpugnable. Y en cuanto al que trae tales cuentos a un establecimiento público.... El Casino no es un establecimiento público interrumpió Foja. Y se hablaba entre amigos, en confianza añadió Orgaz, padre.
Y el Señor Rey, que gustaba como nadie de la pompa y del aparato, salía con frecuencia en público formando con su lujoso y raro acompañamiento una procesión admirable. No semejaba el monarca portugués, príncipe de Europa, sino déspota oriental, soberano de cuentos de hadas o de Las mil y una noches, merced al brillo y al lujo que le circundaban.
Works: Libro de los cantares , Cuentos de color de rosa , Cuentos campesinos , Cuentos populares , Narraciones populares , Cuentos de vivos y muertos , Nuevos cuentos populares , et al. Died in 1900. Works: Poesías , Nuevas poesías , Una docena de cuentos , Nuevos cuentos , et al.
No tiene esto último nada de extraño si se considera que sólo en un cuento modernista puede llamarse «Cristela» una princesa, y que las princesas de los cuentos modernistas generalmente están tristes. Lo que sí era extraño es que Cristela ignoraba la causa de su tristeza... Mas nunca falta quien nos endilgue las cosas desagradables que nos atañen.
Palabra del Dia
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