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Actualizado: 17 de junio de 2025


La propia Dolly estaba dispuesta a guardar silencio durante un tiempo, porque aquellas palabras brotaban de las profundidades de su sencilla creencia y estaba ansiosa por saber si producirían en Silas el efecto deseado. Este estaba confuso e inquieto, porque aquellas palabras de Dolly de que «la niña no había sido bautizada» no tenían sentido claro para él.

Pero no pudo durar mucho en esta creencia, porque habiendo mandado a Florela fuese a registrar de nuevo el aposento, volvió con un papel en la mano, y dijo: Por la ventana descolgose sin duda, señora, que abierta la he hallado, y sobre la mesa este papel escrito que os traigo. Dame acá, dijo ansiosa doña Guiomar.

Las pocas luces que poseía esparcían sus rayos tan débilmente, que su creencia perdida formaba una niebla bastante espesa como para formar en su alma las tinieblas de la noche. Su primer movimiento, después del choque, fue ponerse a trabajar. Después continuó en la labor sin remisión.

Si la religion reformada les ha inspirado el espíritu de independencia personal y creencia razonada y profunda, la república democrática los ha fortalecido en el amor á la libertad y el horror por el tutelaje oficial.

Juanón se afirmaba en esta creencia, viendo el estado de consunción de la muchacha. Ya no quedaba en ella el menor vestigio de carne: sus débiles músculos de anémica se habían derretido. Sólo subsistía el esqueleto, marcando sus angulosidades bajo la epidermis blancuzca, que parecía adelgazarse también como una envoltura sutil.

Sin pretender dar la solución, no puedo menos que reconocer la energía del contraste y el interés que esos fenómenos tienen para el estadista. Por mi parte diré que la observacion rápida de esos contrastes me ha confirmado, mas que la lectura de muchos libros, en mi creencia liberal.

Era evidente que ella le temía a Dawson, habiéndose dejado dominar por la creencia aterradora de que su secreto, sea lo que fuere, se haría público ahora, y había huido, según parece, por no volver a encontrarse frente a frente conmigo. ¿Pero por qué? ¿De qué naturaleza podría ser su secreto para que tanto la avergonzara y la obligara a esconderse?

He leído en Los trabajadores del mar, que cuando un buque de vapor surcó por primera vez las ondas del Canal de la Mancha, los campesinos de Jérsey lo anatematizaban en nombre de una tradición popular que consideraba elementos irreconciliables y destinados fatídicamente a la discordia, el agua y el fuego. El criterio común abunda en la creencia de enemistades parecidas.

Y ve ahí lo que son las mujeres: me halaga, me lisonjea creer que me ama tanto, y esta creencia es al mismo tiempo causa de mi pena y del remordimiento que me destroza el alma. Nada de fijo; pero en mi cabeza me lo imagino todo. Sin duda él me espiaba, y en la oscuridad de las calles me vio y me reconoció, o me oyó charlar y reír con don Andrés, que me acompañó varias noches.

El obelisco no nos atrae, no nos llama, no nos interesa, no nos seduce, sino porque es una especie de escritura sagrada, un geroglífico que no comprendemos, un pensamiento que no adivinamos, el símbolo de una creencia, un símbolo de fe, un símbolo de religion.

Palabra del Dia

rigoleto

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