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Actualizado: 6 de junio de 2025


En la conducta de mi madre, al menos, se nota cierta sinceridad; pero Leocadia va a la iglesia porque ha hecho el descubrimiento de que ve gente y la ven y se distrae: habla de iglesias cursis y de iglesias elegantes, como si se tratara de teatros, y critica los trajes de las Vírgenes como si fueran amigas suyas.

No quise hacer más objeciones, porque la idea de que corríamos un gran peligro me impedía ocupar la mente con pensamientos contrarios a los propios de tan crítica situación.

¡Ah! señor Macey, vos y yo somos dos dijo Ben, ligeramente indignado por aquella crítica meticulosa . Cuando tengo delante de un jarro de cerveza, me gusta beberlo y hacerle bien a mi estómago, en lugar de oler el líquido y de mirarlo con los ojos muy abiertos para ver si no tengo algo que observarle a su fabricación.

Falta de sentido arqueológico y de buena critica de bellas artes puede afirmarse que hubo en esto; pero, ¿en el siglo XVI, hubiera habido en cualquiera otra nación de Europa un amor más fino á la arqueología, y un juicio más claro sobre el valer artístico é histórico de un monumento, que hubieran impedido, sobreponiéndose al sentimiento religioso, la construcción de un templo cristiano en el centro de la mezquita?

Poco después, los editores del Diario de los literatos de España se trazaron el plan de inculcar entre sus compatricios la crítica árida, y mortal para el ingenio, de Boileau.

Quien siente y expresa lo bueno, lo noble, lo heroico y lo santo, puede ser débil, pero nunca será impío, ni cruel, ni vil, ni perverso. Para quien esto escribe, la prueba crítica del valer estético de una obra de poesía, implica un certificado de valer moral para el autor. O la poesía es mala o no es malo el autor de la poesía.

Si nadie ha intentado después escribir una historia crítica completa de la literatura y arte dramático en España, ha sido, sin duda, á causa de las dificultades inherentes á esta empresa. Quien la acometiera había de verse desde luego abandonado sin remedio á sus propios recursos desde la época á que alcanza el trabajo de Moratín; esto es, justamente en la más interesante del teatro español.

Hombre, me parece que no hay nada que pedirles, porque nada tienen. ¡Siempre ha de decir usted cosas!... ¡Y usted nunca ha de decir cosas! ¿Por qué no fulmina usted el anatema de la crítica contra ciertas obras que nos inundan? ¡Ay, amigo! Los autores han descubierto el gran secreto para que no les critiquen sus obras. Zurcen un libro. ¿Son vaciedades? No importa. ¿Para qué son las dedicatorias?

Sólo desde la ascensión al trono de Carlos III en 1759, Rey hasta entonces de Nápoles, educado en el extranjero y de inclinaciones reformistas, cobró alientos el partido, que daba el tono en la crítica para realizar sus propósitos con mayor extensión.

El análisis y prolija crítica de algunas obras aisladas, nos daría, seguramente, una idea incompleta de todo su repertorio, y, por el contrario, si bajo puntos de vista generales tratáramos de muchas producciones suyas, nos expondríamos á no conocerlas en concreto.

Palabra del Dia

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