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Actualizado: 27 de mayo de 2025
Los caballos siguieron, oyendo aún palabras cortadas: ... reir! ... veremos. Dos minutos más tarde el hombre rubio pasaba a su lado a trote inglés. El malacara y el alazán, algo sorprendidos de aquel paso que no conocían, miraron perderse en el valle al hombre presuroso. ¡Curioso! observó el malacara después de largo rato. El caballo va al trote y el hombre al galope. Prosiguieron.
Los demás perdieron la paciencia y, no pudiendo contentarse con tan poco, exclamaron: ¡La historia! ¡La historia! ¡En esto hay una historia! Sí, por cierto, respondió tranquilamente Tragomer; pero no esperéis que os la cuente. ¿Por qué no? Porque sé que tengo que habérmelas con las diez lenguas mejor cortadas de París, y no quiero que mi secreto... ¿Hay un secreto?
Cochabamba y sus cercanías fueron por algun tiempo el teatro de mis investigaciones; prosiguiendo luego mi marcha hácia el este, traspuse cien leguas de montañas bastante áridas, pero cortadas por fértiles y profundos valles.
Bien pronto la variedad amena del camino divertió á la condesa de los tristes recuerdos que le asaltaron á la vista de su antigua morada. La garganta por donde caminaban era estrechísima. Formábanla dos enormes montañas calizas cortadas verticalmente, de suerte que era tan estrecha por arriba como por abajo.
Distrito de muy nueva creacion, su poblacion alcanza apénas á poco mas de mil almas, las calles son muy anchas, derechas, cortadas en ángulos rectos, y las casas tienen una apariencia de comodidad y aseo que contrasta con la de los otros pueblos ribereños del Magdalena. Sus habitantes, alegres y expansivos, recorren las calles ofreciendo víveres, montados en burros de la manera mas extravagante.
En la casa solar, sobre el gran balcón del centro, campeaba el escudo de los fundadores tallado en arenisca roja; se veían esculpidos en él dos lobos rampantes con unas manos cortadas en la boca y un roble en el fondo. En el lenguaje heráldico, el lobo indica encarnizamiento con los enemigos; el roble, venerable antigüedad.
En el invierno descienden á su distrito y aldeas del valle, y miéntras los mas fuertes se ocupan en bajar de las montañas las maderas cortadas, los demas se encierran en sus casas á trabajar bordados y encajes, fabricar curiosidades de madera, tallar y pulir cristales, etc.
Es un grito corto, metálico, de agonía, como si el animal boqueara ya, y todo él empapado en cuanto de lúgubre sugiere un animal rabioso. Era un perro negro, grande, con las orejas cortadas. Y para mayor contrariedad, desde que llegáramos no había hecho más que llover.
Girón á principios del siglo XVI, diciendo: «También traían tabardos, que eran unas ropas cortadas como capuces e con su capilla: otras cerradas, pero tenían abiertas una maneras á los lados, en derecho de los brazos, por donde los sacaban, e tenían unas mangas junto a las maneras, por detrás, angostas, tan largas como era la ropa».
En la forma dicha continúan lo mismo el día siguiente, en el que suelen correr algunos toros, cortadas las aspas para que no lastimen a los toreros, que son muy torpes y atrevidos.
Palabra del Dia
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