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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Pues estamos bien... Que no pueda una ni siquiera estar triste, porque a la señora esta le incomodan las caras afligidas... Me pondré a bailar, si le parece». No estaba acostumbrada doña Lupe a contestaciones de este temple, y al pronto se desconcertó.
Azara tuvo que luchar contra las mismas autoridades españolas, que, ó no comprendieron, ò tenian en menos sus representaciones. Esta indiferencia le pareció sospechosa, y acusò de cohecho al Gobernador del Paraguay. Sus relaciones oficiales con este funcionario tomaron desde luego un carácter austero y hasta descomedido, que solo la conciencia de alguna culpa secreta pudo hacer tolerar en un inferior. Débil y circunspecto en las contestaciones, el Gobernador cifrò su venganza en los desaires, que despreciò Azara á pesar de su génio irritable. Solo al cabo de muchos años puso en los apuntes, que comunicó al Señor Walckenaer, para que no lo olvidase en su biografia, que, "preguntando un dia donde estaban las llaves del archivo, le fuè contestado, que se las habia llevado al campo un dependiente del Gobernador." Desde entonces ya no volvió
Se ocupa largamente de Rafael Pombo, el famoso autor del canto de Edda, que dio la vuelta a América, y que mereció entre la avalancha de contestaciones, una hermosísima de Carlos Guido y Spano, «Pombo según el Sr. Cané es feo, atrozmente feo. Una cabecita pequeña, boca gruesa, bigote y perilla rubia, ojos saltones y miopes, tras unas enormes gafas... Feo, muy feo.
Pero no divaguemos y vamos a las contestaciones que dio Sankarachária y que no conviene queden en el tintero. El caudal de experiencias y de merecimientos con que el ser humano se va afirmando en sus diferentes vidas y haciéndose digno de más altas reincarnaciones se llama Karma.
La fabricación de sombreros de los llamados "de Panamá" se está llevando a cabo con gran éxito, exportándose cantidades considerables de ellos. Sobre este capítulo el discípulo debe escribir al menos diez preguntas y sus correspondientes contestaciones. La capital de la república y su ciudad principal es Lima, cuya población en 1915 era aproximadamente de 200,000 habitantes.
Varias veces rogué a mis superiores que me permitieran consagrarme a esta santa empresa, y en tantas obtuve contestaciones negativas y aun extrañamientos, porque se suponían opuestos a la regla de obediencia mis entusiastas propósitos.
Aquella Visanteta, con su peinado de la huerta, su perpetuo ceño y sus contestaciones secas y desabridas, era una gran criada, que se ganaba a conciencia el salario. Lo mismo preparaba en la cocina una gran comida, que arreglaba una mesa «a estilo de fonda», arte que había aprendido sirviendo a una familia inglesa.
Desaparecía en los últimos peldaños el extremo de las elegantes faldas, cuando sonó una tos que todos conocían en la casa. Era el tío que llegaba, anunciándose, como siempre, con un carraspeo que le cortaba las palabras, y que, según doña Manuela, sólo tenía por objeto el darse tiempo para pensar las contestaciones.
Cuando su voz abaritonada respondía a las palabras del obispo, había en ella tal encanto y tanta autoridad, que las buenas señoras se lamentaban de que estas contestaciones fuesen breves.
Y sin entrar en más contestaciones y sin volverme hacia D. Oscar, cuyos ojos sentía siempre posados sobre mí, dije: Vaya, señores, ustedes tendrán que hablar... Hasta la vista. Vaya usted con Dios, amigo... Y que el asunto se arregle del todo me respondió Suárez. Don Oscar no dijo una palabra.
Palabra del Dia
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