Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de junio de 2025
Al finalizar el siglo XVI habían ya cesado los sacudimientos bruscos de aquel genio aventurero, que tan largo tiempo y con tan desusada violencia había conmovido á los españoles; pero no por eso se abandonó la nación al ocio inactivo, sino que concentró en sí misma la energía, que antes desplegara hacia fuera; quiso también hacer alarde de su fuerza creadora en los dominios de la vida de la inteligencia y del corazón, y expresar las grandiosas ideas de su pasado y de su presente en la digna esfera del arte.
Se levantó el anciano, pero ambos jóvenes se abalanzaron hacia él, y al volver a caer en su sillón, agobiado por el pesar y hondamente conmovido, se encontró con que los dos estaban a su lado arrodillados. Abráceme usted, querido tutor exclamó Amaury. Deme usted su bendición, tío mío suplicó Antonia.
Bueno; aceptaba su invitación porque le creía un joven formal y honrado. Pero ¡Dios mío! ¡qué diría la gente...! Y comenzó a andar con timidez al lado del joven, que no se sentía menos conmovido. Nunca había estado tan próximo a Tónica.
No me había conmovido en lo más mínimo la desesperación de mamá, puesto que yo motivo de aquella estaba en verdad vivo y bien vivo, jugando simplemente en mis ocho años con la emoción, a manera de los grandes que usan de las sorpresas semi-trágicas: ¡el gusto que va a tener cuando me vea! Entretanto, gozaba yo íntimo deleite con el fracaso del padrastrillo.
Después de algunos minutos de silencio, levantó la cabeza, miró á su hijo adoptivo con dulzura y dijo con voz enternecida: Así pues, hijo mío; ¿eso es más fuerte que tú? ¿Es absolutamente preciso que la vuelvas á ver? Á estas palabras tan afectuosas, tan verdaderamente paternales, Mauricio, conmovido, balbuceó con voz alterada: ¡Oh! mi querido padrino, perdóneme usted, pero ¡es tanta mi pena!...
El jefe, que estaba muy conmovido, lo estrechó contra su pecho, diciendo: ¡Vivo!... ¡Vivo mi hijo!... Sí, padre. Los arfakis, como ves, no me pudieron matar. Luego, dirigiendo una mirada alrededor, preguntó a su padre: ¿Has hecho prisioneros a unos hombres blancos? Sí respondió el jefe. ¿Dónde están? ¡Quiero verlos! En mi cabaña.
»La mujer se callaba. El marido me dijo, si no recuerdo mal, algo como esto, y muy conmovido: » Señora mía, yo la compadezco a usted con todo mi corazón; yo no dudo de la sinceridad de cuanto nos dice; yo la creo a usted capaz de todo lo que promete, y la aseguro que haría los imposibles por poner las cosas en donde debían estar, si las cosas esas tuvieran remedio a la hora presente; pero con estos mis buenos deseos, que son los de mi mujer, créame, aunque no lo parezca así...
Cada noche que el príncipe colgaba su reloj en la relojera y cada mañana que se ponía las zapatillas para ir al cuarto de baño, no podía menos de recordar conmovido el cariño de su mujer. Y llegó a idolatrarla. Fue muy feliz. Fue también un buen rey, porque tuvo la suerte de que muriera pronto su abuelo y le dejase el trono.
Luego vio que todo estaba lo mismo, que sólo ella se había conmovido con esta noticia estupenda, digna de trastornar el orden de lo existente. ¡Señor... Señor... Señor!... Y agarrando el vacío tazón y los restos del pan, echó a correr, deseosa de refugiarse cuanto antes en la cocina. Después de oír tales horrores, la casa le inspiraba miedo.
Conmovido por aquel silencio, que revelaba mejor que ninguna frase lo que su alma sentía, el joven le tomó una mano y la llevó suavemente a los labios: por primera vez desde que se conocieran, ella no hizo resistencia alguna.
Palabra del Dia
Otros Mirando