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Actualizado: 26 de junio de 2025
La joven Adela era, sin duda alguna, de las picantes: hermosa a sabiendas suyas, y con una conciencia de su belleza, acaso harto pronunciada, sus padres habían tratado de adornarla de todas las buenas cualidades de sociedad; la sociedad llama buenas cualidades en una mujer, lo que se llama alcance en una escopeta y tino en un cazador; es decir, que se había formado a Adela como una arma ofensiva con todas las reglas de la destrucción: en punto a la coquetería era una obra acabada, y capaz de acabar con cualquiera muy poco sensible; en realidad, podía fingir admirablemente todo ese sentimentalismo, sin el cual no se alcanza en el día una sola victoria; contaba con una languidez mortal; le miraba a usted con ojos de víctima expirante, siendo ella el verdugo; bailaba como una sílfide desmayada; hablaba con el acento del candor y de la conmoción; y de cuando en cuando un destello de talento o de gracia venía a iluminar su tétrica conversación, como un relámpago derrama una ráfaga de luz sobre una noche obscura.
Caminaban tambaleándose cuando creían marchar en línea recta; se detenían los dos al mismo tiempo en ciertos sitios, sin saber por qué. Su tardo paso ponía en conmoción las «villas». Los perros de los jardines ladraban furiosamente á los intrusos, incrustando sus hocicos entre los hierros de las verjas.
Digan cuanto quieran los peruanos sobre este particular, lo cierto es, que en el interior de todos ellos se aplaudia la general conmocion: sentian si hubiese sido un indio el autor, porque se les hacia muy duro doblar la rodilla á un hombre de esta casta, mirada en aquellos paises con menos consideracion que la de los esclavos: y no obstante esta repugnancia, estuvieron indecisos, hasta que vieron no se les cumplia, como se les habia prometido, la libertad de sus vidas y haciendas.
La herida de la cabeza resultó insignificante, y lo del brazo ni siquiera llegaba a dislocación del hombro. Lo peor era la sangre perdida que le debilitaba mucho, y lo que pudiera haber de conmoción cerebral, aunque era buen síntoma lo dócil que iba mostrándose todo el organismo a los remedios que Neluco le aplicaba.
En torno de su vientre se obscurecían las aguas con una nube negra que subía de la profundidad. Las espumas levantadas por las hélices tenían en su hervor manchas de detritus. Un viento a ráfagas, más violento que el del Océano, pasaba sobre esta superficie, levantando un oleaje encontrado que chocaba imponente en los flancos de la nave, sin producir en ella la menor conmoción.
En ciertos momentos, llegaba el mar hasta veinte pasos de nuestra habitación, no dando un solo golpe sin que temblara la casa. Desde el primer día tuvimos precipitadamente, y no sin gran trabajo, que cerrar las ventanas y encender luz para poder distinguir los objetos en pleno día: en las habitaciones que daban al campo, el estruendo y la conmoción eran tan notables como en las demás.
Calló, no queriendo hacer mayores alusiones a aquel suceso que puso en conmoción el barrio de las Carolinas, y del cual ya nadie se acordaba. ¡Un porción de meses sin verte! continuó la anciana . ¿Y qué te trae por aquí?... Porque tú a algo vienes.
Es cierto declaró el señor Aubry con voz débil, he tenido una fuerte conmoción... moral... una gran contrariedad... No sé lo que pasó después... me desvanecí. Rousseau, el jefe de los talleres encontró a papá tendido, sin conocimiento, en su escritorio. Afortunadamente tuvo la feliz idea de mandar buscar un médico y de llamarme por teléfono.
La venida del Sol despues del solsticio hiemal causa en los árboles una alteracion considerable, y lo mismo hace en la sangre de los animales: el buen Físico prueba la conmocion de la sangre, aunque sea oculta, quando ve la mutacion en los árboles; y al contrario los hombres delicados, por la alteracion que en sí mismos sienten, prueban que va en los árboles á hacerse mutacion.
La Reina convoca á los grandes más influyentes á su palacio, y cuando vienen, se presenta vestida de duelo, trayendo en sus brazos al joven infante D. Enrique, les descubre su afrenta y los peligros que amenazan al trono y á la fe; y por último, los excita á dar muerte á Raquel. Esta nueva produce gran conmoción en los grandes, que juran cumplir los deseos de la Reina.
Palabra del Dia
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