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Actualizado: 11 de junio de 2025
En la misma calle se ve el palacio donde en 1815 se reunió el congreso en que se conjuró contra la libertad española. La gran plaza de Verona es muy notable por contener todavía dentro de su recinto un soberbio coliseo, construido por los Romanos: se conserva casi completo, con sus anfiteatros: hoy en vez de las luchas, se ejecutan comedias durante el dia.
Deseaba la muerte, y no podía morir hasta cumplir con vosotras un deber que me ha impuesto el rey de los genios. Yo soy el único sabio que habla aún y entiende la lengua riquísima que se hablaba en Babel antes de la confusión. Cada palabra de esta lengua es un conjuro eficaz que fuerza y mueve a las potestades infernales a servir a quien le pronuncia.
Otros en baja y temerosa voz, cual si pronunciaran algún conjuro sobre el líquido negro, a quién daban cierto carácter quiromántico los misteriosos ingredientes de que se componía. Estos señores de la capa arrastrada y de los codos sobre la mesa y del sombrero hasta las cejas hundido, eran los arregladores de la cosa pública.
Pero luchar con un hombre hermoso, que acecha, que se aparece como un conjuro a su pensamiento; que llama desde la sombra; que tiene como una aureola, un perfume de amor... esto era algo, esto era digno de ella. Lucharía». Don Víctor volvió del teatro y se dirigió al gabinete de su mujer.
No lo conseguí de pronto, porque era mucha tempestad para calmarla en un solo conjuro; pero a los dos o tres que la hice, no quedaron de ella más que la hinchazón de los ojos y algún que otro suspiro mal devorado en el pecho.
El primer conjuro deste día memorable entre todos los de mi vida fué decirme: "Ea, Gavilán amigo, salta por la pompa y aparato de doña Pimpinela de Plafagonia. ¿No te cuadra el conjuro, hijo Gavilán? Pues salta por el bachiller Pasillas, que se firma licenciado sin tener grado alguno. ¡Oh, perezoso estás! ¿Por qué no saltas?
A vosotros, ó justo Radamonte Y Minos, que con leyes inmutables En los obscuros reynos del espanto Regis las almas tristes miserables, Si acaso tiene fuerza el ronco canto, O murmurios de versos deleytables, Por ellos os conjuro, ruego y pido Ablandeis este pecho endurecido.
1 ¡Oh quién te me diese como hermano que mamó los pechos de mi madre; de modo que te halle yo fuera, y te bese, y no me menosprecien! 4 Os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, que no despertéis, ni hagáis velar al amor, hasta que él quiera. 5 ¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado?
Julián, ¿tiene usted ahí una pieza de dos cuartos? Sí, señora. Toma, rapaciño.... A ver si me pierdes el miedo. Fue eficaz el conjuro. Alargó el chiquillo la mano, y metió rápidamente en el seno la moneda. Nucha vio entonces el rostro redondeado, hoyoso, graciosísimo y correcto a la vez, como el de los amores de bronce que sostienen mecheros y lámparas.
¿Qué pasa? dijo el gitano a quien este insultante exordio había sacado de su éxtasis. ¡Pues bien! ¡tres veces maldito! yo te conjuro en nombre del superior del convento de San Francisco que es mi dueño y el tuyo... El mío, no, fraile. Mi dueño y el tuyo continuó ; te conjuro a desplegar las velas y a tomar el portante.
Palabra del Dia
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