Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de junio de 2025
Se indignó el mendigo ante esta concurrencia. ¡Largo de allí! ¿No tenían bastante con lo que robaban, vendiendo retratos y rosarios?... Y él fué quien guió al médico, por un ancho corredor que conducía á un patio descubierto. Allí estaba la portería.
El tercer piso, al que conducía el pasadizo que separaba los cuartitos del padre y de su hija, lo formaba un oscuro y ahogado desván.
En las edades secundarias, en que el movimiento progresivo de la civilización ha puesto en juego nuevos resortes y desarrollado nuevas combinaciones, el espíritu humano ha seguido dos caminos: el uno, ya trillado, que no conducía más que a la reproducción perpetua de los bellos tipos antiguos; el otro, innovador y temerario, en el que se aspira a apoderarse del carácter y de la fisonomía de los tipos modernos.
Salieron á recibirlos al campo como á los otros; pero solo venian 40 de los mas principales, y á la cabeza de ellos D. Juan de Dios Rodriguez, y luego que entraron en la plaza, se mandó repicasen las campanas, pasando despues á hospedarse en la casa del que los conducia, donde fueron bien regalados y asistidos.
Vió damas gelatinosas de torpe paso; señores tullidos apoyados en el brazo de un jayán con casaca galoneada, que los conducía paternalmente hasta la ruleta, acomodándolos en su asiento. Algunas paralíticas llegaban en un carruajito infantil hasta la escalinata, y allí eran izadas á una silla de manos y llevadas á través de los salones hasta su lugar preferido.
De repente, hacia la puerta que conducía a las habitaciones de Josefina, se oyó el crujir de un vestido de seda que rozaba contra el muro: era que la niña venía al cuarto de su madre. Lázaro se puso en pié, indicando a la duquesa con los ojos el ruido de los pasos que se acercaban, y ella bajó calladamente la cabeza.
Porque mi amante se ido para no volver le contesté arrojando una mirada al mar, en cuyo horizonte se veía ya imperceptiblemente como un punto blanco próximo á desaparecer, el bergantín que conducía á mi último amante, que acaso no se acordaba ya de mí. ¡Bah, muchacha! me dijo el soldado ; á rey muerto, otro al puesto; por mucho que le quieras, pronto le olvidarás, si pones otro en su lugar.
Todo será que se nos antoje. Ven, holgazán, dormilón, marmota. Conducía al desván empinadísima escalera, y no era el sitio muy oscuro, pues recibía luz de tres grandes claraboyas, pero sí bastante bajo; don Pedro no podía estar allí de pie, y las chicas, al menor descuido, se pegaban coscorrones en la cabeza contra la armazón del techo.
Pensando que estarían todos arriba, traspasé la puertecilla que conducía a la escalera de las tribunas, pero en el vestíbulo, o más bien pasadizo, la gente que bajaba, tropezando con la que quería subir, formaba remolinos y marejada.
Y le volvió la espalda, alejándose por el corredor que conducía a los camarotes de preferencia, erguida y majestuosa. Desconcertado por esta escena que nadie había visto, sintió Ojeda un deseo de huir, como si fuese a estallar en torno de él una explosión de carcajadas.
Palabra del Dia
Otros Mirando