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Actualizado: 9 de mayo de 2025
Trataba a su cuerpo sin compasión, un cuerpo delicado como el tallo de una flor.
Presupuesto esto, digo, señores, que os agradezco el ofrecimiento que me habéis hecho, el cual me ha puesto en obligación de satisfaceros en todo lo que me habéis pedido, puesto que temo que la relación que os hiciere de mis desdichas os ha de causar, al par de la compasión, la pesadumbre, porque no habéis de hallar remedio para remediarlas ni consuelo para entretenerlas.
Don Diego adora a su hijo, y no se consuela de ver en él a un niño sin nombre y, lo que es peor, adulterino. La señora de Chermidy es una mujer capaz de remover las montañas para asegurar a su heredero el nombre y la fortuna de los Villanera. Pero la más digna de compasión es la pobre viuda.
Por esta causa, sus compañeros, movidos por una parte de compasión, y por otra viendo que estaban mal aviados y que el viaje que les faltaba era de muchas semanas, le pidieron apretadamente se quedase entre los Tapacurás hasta la primavera.
Escapóse la pobre Curra como pudo de aquellas muestras de compasión que le atacaban los nervios y dirigióse muy de prisa a la sala de billar, donde Jacobo, los dos diputados y el excelentísimo Martínez conferenciaban a solas. Felicitaron todos a la dama por lo hábilmente que había dispuesto y representado la comedia del bouquet, llamada a tener gran resonancia.
Al día siguiente Glocester delante del Magistral, sin compasión, refería en la catedral todo lo que había sucedido en el baile. «La aristocracia se había encerrado en un gabinete, en el gabinete de lectura, para cenar y bailar, y doña Ana Ozores, la mismísima Regenta que viste y calza, se había desmayado en brazos del señor don Álvaro Mesía».
Y así como suele decirse: el gato al rato, el rato a la cuerda, la cuerda al palo, daba el arriero a Sancho, Sancho a la moza, la moza a él, el ventero a la moza, y todos menudeaban con tanta priesa que no se daban punto de reposo; y fue lo bueno que al ventero se le apagó el candil, y, como quedaron ascuras, dábanse tan sin compasión todos a bulto que, a doquiera que ponían la mano, no dejaban cosa sana.
¡Ta, ta, ta, ta, ta! dice don Alvaro, algo resignado. Doña Inés suele también moverse a compasión y dice a Calvete: ¡Muchacho!, haz alguna de tus chuscadas para que el señor se distraiga y regocije. Y contesta Calvete: Pues si las hago a manta y el señor rabia y chilla más. Como está tan jaquecoso.... Y exclama don Alvaro: ¡Ta, ta, ta, ta, ta!
Llega el momento del sacrificio del toro, y los clarines lo anuncian con un toque fúnebre que hace pasar por los nervios y la sangre un hondo calofrío de terror y compasion. El Espada, rey de la escena, no entra en accion sino para dar muerte al toro.
GOPA. Yo creo en el impulso magnánimo que le mueve, y esto me basta: creo en su dulce compasión por todos los seres; en su amor a los hombres, a quienes mira como a hermanos, sin distinción de castas; y en su deseo vehemente de enseñarles el camino de la virtud y de la paz.
Palabra del Dia
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