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Actualizado: 27 de junio de 2025
También sería conveniente se criase un ministro de real hacienda, con los dependientes necesarios pagados de los reales haberes, para que atendiesen al cobro de los reales derechos, reales tributos y demás perteneciente a Su Majestad, y principalmente al ramo de tabacos, que aquí son mejores que en el Paraguay, y pudiera adelantarse su cultivo y beneficio con muchos aumentos de la real hacienda.
Acosado el corsario por todas partes, pasó el Estrecho de Gibraltar para ponerse en cobro. En aquellos días de angustia, el corsario, como era natural, estaba muy rabioso y se sentía capaz de toda suerte de atrocidades. Infortunadamente, el Principito estaba muy empalagoso con los dolores y molestias de la dentición.
Allí me tiene todos los primeros de mes, como un perro de presa... Mil duros me tiene allí, y no le cobro más que veintiséis todos los meses. ¿Que se atrasa? «Hijo, yo tengo un gran compromiso y no te puedo aguardar». Cojo media docena de capas, y me las llevo, y tan fresco... Y no lo hago por el materialismo de las capas, sino para que mire bien el plazo. Si no hay más remedio, señora.
¿Y si no concluyes hoy? El trastorno es lo menos: lo malo es que no cobro, y en casa hace falta. Quedose don Cándido pensativo.
Cuando terminó aquel estado y cobró el conocimiento, hallose tendido boca abajo en el suelo del oscuro desván. Puso atención a los ruidos de abajo y le pareció que se alejaban. Arrastrándose trató de subir al tejado y salió al fin aunque con dificultades, porque le dolía una rodilla y movía muy mal el brazo derecho.
En lo más recóndito del pensamiento dejó que anidara la esperanza; en el fondo del corazón ocultó su amor a Juan, y en lo más seguro de su cómoda guardó el pequeño fajo de billetes de banco que cobró en Santurroriaga al presentar el talón firmado por su ex amante. Su vida fue desde entonces toda recogimiento y prudencia.
Malvendió todos los objetos que había adquirido en su época de abundancia, cuando no sabía en qué emplear los valiosos jornales; cobró varios préstamos hechos á ciertos amigos y de los que no se acordaba semanas antes. Así pudo comprar víveres y una mula vieja considerada inútil para el acarreo del salitre.
Más terrible aún fué el modo con que otro entró en juicio y cobró aprecio de las cosas de su alma: Habíase reducido á nuestra Santa fe en el pueblo de San Joseph un gentil, y en el bautismo había dejado una amiga, con quien antes había vivido en el cieno de muchas deshonestidades; pero duróle poco tiempo este buen propósito y este retiro y resistencia á los placeres y gustos de la carne, porque habiéndose encontrado con la amiga antigua, su vista le abrasó otra vez el corazón y le encendió los deseos primeros; después, para que ninguno le fuese á la mano en sus deshonestidades, tramó secretamente la fuga con otras tres mujeres de sus mismos intentos y se escondió en un bosque; de suerte que por mucho que otros indios de mejor conciencia los buscaron, por orden de los Padres, jamás le pudieron encontrar.
Para estas ausencias, que siempre son de meses, y tal vez de año o años, lo que acostumbran es presentarse al gobernador o teniente del distrito pidiendo el pase para el viaje que va a emprender, el que se le concede en cuanto está de parte del gobierno secular; y con este solo requisito se ponen en camino, van a la capital, se presentan, negocian el cobro de sus sínodos y demás a que van, y ni por parte de su religión, ni por la del obispo, se les hace ningún cargo.
Dícese que fue viéndole trabajar en la fachada de cierta miserable taberna de Meudon, donde uno de los príncipes de la pintura contemporánea echó de ver sus méritos, y tal afecto le cobró a poco, que no sólo lo recibió en su taller, sino lo que es más, dos años después llevólo consigo a Italia.
Palabra del Dia
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