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Actualizado: 22 de junio de 2025
Con semejante ocupacion quedarian por nuestras las campañas yermas, y resultarian otros innumerables beneficios que omito deducir, sin que haya en todo lo dicho la mas leve duda ni dificultad: bien entendido que, resultando estos á todas las provincias circunvecinas, es muy de razon y justicia trabajen todas ellas, igualmente en la consecucion y conservacion de semejante fortaleza: que aunque se padezca algo al principio, nunca será equivalente al beneficio que se logrará, como ni tampoco los gastos que se puedan impender.
En tanto que un sol abrasador tostaba las llanuras circunvecinas, algunas benéficas nubes, posándose sobre la cima de las montañas, habian operado un cambio total en el aspecto de la naturaleza. Los árboles se cubrian de un tierno follage y de diversidad de flores; la campiña desplegaba lujosamente sus primorosos ropages.
Dia 25, 26 y 27. Estos los empleè en formar y alistar toda la gente; que hasta entonces mucha parte de ella habia andado desparramada por las estancias circunvecinas, en recoger ganados y caballos. Arreglè hasta diez compañías, cada una de á 60 hombres con sus respectivos oficiales: lo que no me dió poco que hacer, por haberse presentado aquellas tan escasas de gente, que unas solo tenian 10 hombres, otras 7 y alguna 3. Hecho el arreglo y repartidas las listas á cada capitan, se dieron estos y sus subalternos
La concurrencia de los tres valles y sus rios, el juego de las colinas que lo dominan, formando un magnífico marco de rica vegetacion, y las ondulaciones del terreno en el fondo, producen un primoroso conjunto topo-hidrográfico, cuyo encanto se completa con la extensa masa de la ciudad, de formas caprichosas é irregulares, el aspecto de los fuertes que la dominan desde las cimas de dos colinas, y el risueño aspecto de las campiñas circunvecinas, pobladas de plantaciones y verjeles, graciosas casas campestres, fábricas y otros objetos que indican actividad y bienestar.
Temerosos éstos, ó de que viniesen sobre ellos las armas portuguesas á vengar la muerte de los suyos, ó llevados del interés, se pasaron y vinieron á vivir en el país ya dicho; y aunque pocos entonces, pues apenas pasaban de cuatro mil, ahora están muy numerosos, pues pasan de veinte mil, viviendo sin forma de pueblo, en tropas, y dándose á correr y robar las tierras circunvecinas; y por el deseo de carne humana, de que gustaban mucho, hacían á muchos de ellos cautivos; y cebados por muchos días, como se hace en Europa con los animales de cerda, celebraban banquetes de cruelísima alegría, con lo cual se hicieron formidables á los confinantes; y sólo con la venida de los españoles olvidaron la inhumana costumbre de comer carne humana, pero no la crueldad; de suerte que se dice haber destruído y aniquilado hasta el presente más de ciento y cincuenta mil indios.
Si así lo creemos, es solo por no haber mediado estipulacion espresa acerca de la conservacion del culto islamita en Córdoba, y porque no hallamos un solo documento que nos autorice á creer que á los muzlimes que permanecieron en esta ciudad y tierras circunvecinas con los cristianos conquistadores, se les hubiese reservado una sola mezquita en que congregarse para hacer sus azalas.
De esta Reducción salía frecuentemente el P. Lucas á discurrir por las tierras circunvecinas y andaba á caza de almas por los montes y bosques, y confiando sólo en la Providencia Divina no cuidaba de sí mismo ni de su salud, sucediéndole las más de las veces no tener otra cosa de qué alimentarse sino con raíces ó frutas silvestres.
Por el mismo lado desemboca tres ó cuatro leguas mas abajo el rio Yacuma, tambien navegable como los anteriores, y cuyo profundo álveo tiene como de setenta á ochenta varas de ancho; sus márgenes, guarnecidas de matorrales, no contrastan notablemente con las llanuras circunvecinas, que se hallan cuasi desnudas de boscage: tres cuartos de legua mas adelante, se llega á la confluencia del rio Rapulo, el que no por ser mas angosto deja de ofrecer las mismas facilidades para la navegacion, pues en tiempo de los Jesuitas se subia por él hasta la mision de San-Borja.
De allí hacen hazañas espantosas, Asaltos, hurtos, robos y rapiñas, Contra generaciones belicosas, Que estan al rededor circunvecinas. En sus casas estan muy temerosas, Como unas humillisimas gallinas, Con sobrado temor noche y mañana, Temiendo de que venga el Chiriguana.
No debe olvidarse que Lóndres se ha formado por la reunion paulatina de muchas pequeñas ciudades circunvecinas, ó distritos, á la antigua City del Tamésis, privilegiada y poderosa, que ocupa casi el centro de la inmensa poblacion actual. Así, aunque la ciudad es una sola en su apariencia, se observa una profunda diferencia entre el centro y los arrabales.
Palabra del Dia
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