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La sensacion de ardor quemante no escluye una especie de escalofrío y de frio, que asciende hasta la garganta. La tos se reproduce por la palabra, por el frio, por el cosquilleo en la faringe; es corta, conmovente, seca, con sensacion de escoriacion en el pecho. Esta cavidad es el sitio de una opresion nerviosa, como por aniquilamiento de las fuerzas.

En el cono blanco se ve uno de estos, distinguiéndose alrededor del cono rojo un borde de cavidad aún más perfecto. El agua busca entonces nueva salida y rompe por el sitio en que encuentra menor resistencia sin destruir el hermoso cono que antes formó. Muchos ejemplares parecidos se encuentran en la localidad.

Veía las casas al través de densa niebla; las personas y los carruajes pasaban junto a él como fantasmas, sin ruido alguno. No pensaba: creía tener hueca la cavidad de su cráneo; le zumbaban las sienes. Su lengua repetía por lo bajo, con una tenacidad estúpida: ¡Despedazada... despedazada! Poco a poco su pensamiento, que parecía haber huido lejos, muy lejos, aproximábase, volvía a entrar en él.

Se afirma que el nombre que lleva es debido á que en su cavidad hizo vida cenobítica una pecadora arrepentida llamada Doña Jerónima; habiendo quien asegura, por el contrario, que aquella cavidad fué hecha para baño de una sibarita y opulenta señora. Á un tiro de bala de la cueva se levanta la iglesia del rico pueblo de Pasig.

Cuando había alarmas batían la cavidad del mortero con el mazo de su servicio, dando en sus broncos sonidos voces de alarma.

Quería significar con esto que el arriero que compraba en Villalegre vinagre de yema, por lo común muy fuerte, llenaba sólo dos tercios de la cavidad de la corambre, y la acababa de llenar por la mañana temprano, antes de emprender su viaje, mitigando y suavizando con el agua de la fuente la fortaleza y acritud del líquido, y ganándose así, desde luego, un treinta y tres por ciento, aunque vendiese el vinagre al mismo precio en que lo había comprado.

Procediendo por inducción, le llevó luz y un vaso de agua. Pero don Roque se enfureció, tiró el vaso al suelo, gritó como un energúmeno. Imposible, no obstante, averiguar qué querían decir aquellos rumores huecos, temerosos, infernales, que nacían en su garganta, y antes de salir se reflejaban con terrible resonancia cuatro o cinco veces en las paredes de su enorme cavidad bocal.