Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de julio de 2025
Y triste y desabrida, como si le remordiese la conciencia, hizo un gesto imperioso a las hermanas, y salió con ellas de la estancia. Suárez siguió tocando y cantando; pero yo, presa de extraña y dulce inquietud, me salí a dar una vuelta por el pueblo, y no comí hasta muy tarde.
Iba cantando seguidillas, para entretener el trabajo del camino. Cuando llegaron a él, acababa de cantar una, que el primo tomó de memoria, que dicen que decía: A la guerra me lleva mi necesidad; si tuviera dineros, no fuera, en verdad. El primero que le habló fue don Quijote, diciéndole: -Muy a la ligera camina vuesa merced, señor galán. Y ¿adónde bueno? Sepamos, si es que gusta decirlo.
Cuando llegué a la puerta me detuve y lancé al interior una mirada ansiosa: sentada de espaldas a mí, delante de un piano estaba una mujer. Seguía cantando. Yo me acerqué silenciosamente, atravesé la habitación y quedé de pie, inmóvil, detrás de ella.
Los que han tenido la dicha de ver, ora realmente, ora en extática figuración, el cielo abierto y en él las cohortes de ángeles voladores cantando las alabanzas del Señor, no ponen de seguro una cara más radiante que la que puso Milagros al oír aquel venturoso anuncio. Pero...
La nave lleva al bardo. Pero en la silenciosa lágrima que yo vierto, queda mi corazón; y el noble ilongo amigo, como la ilonga hermosa, vivirán por los siglos dentro de mi canción. Más alto que el kanuyos cerniéndose en los montes mi alma tenderá el vuelo a extraños horizontes, cantando de los pueblos el himno redentor;
Las mujeres los ayudaban, y unas veces en las eras, otras en casa amasando y cociendo la borona, otras por fin en el río lavando su ropa manchada por el polvo y el sudor, riendo y cantando siempre, esparcían por el valle la alegría.
Tenía en los alrededores de Alcira almacenes enormes como iglesias, donde ejércitos de muchachas empapelaban cantando las naranjas, y cuadrillas de carpinteros martilleaban día y noche en la blanca madera de las cajas de exportación. Compraba con un solo golpe de vista la cosecha de huertos enteros, sin equivocarse más allá de algunas arrobas.
Por fin salió de aquella bohemia artística, cantando en Padua todo un invierno. Allí conoció al tenor Salvatti, un gran señor que trataba desdeñosamente a los compañeros y era tolerado por el público en consideración a su pasado. Por su figura arrogante había triunfado muchos años sobre la escena.
Jacobo, turbado y lleno de preocupación, entró en la sala y se reunió con Tragomer. El acto había comenzado y Romeo estaba cantando. Jacobo se inclinó al oído de Cristián y murmuró: No sé qué va á pasar, pero Lea ha perdido la cabeza. Acaba de decirme que esta tarde ha ido Sorege á amenazarla, á violentarla, y que ella le ha matado. ¡Dios mío! exclamó Tragomer.
Salí al campo cantando una mañana, y vi sobre su alfombra una siembra de gotas cristalinas, de polícromas gotas. ¿Quién había llorado aquella noche? ¿Fueron, quizá, las sombras? ¿Fueron, quizá, los astros? ¿Fuera, quizá, la luna soñadora...? No sé, no sé quién fuera, pero lágrimas eran tales gotas; lágrimas transparentes y de luces radiantes como auroras...! Dicen que tienen alma las estrellas; mas, ¿por qué lloran?
Palabra del Dia
Otros Mirando