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Actualizado: 14 de octubre de 2025
Entre estos dos conocimientos hay una diferencia; porque para tener el primero, basta la misma presencia del alma, que es principio del acto, con el cual el alma se percibe á sí misma, y así decimos que se conoce por su presencia; mas para el segundo conocimiento dicha presencia no basta, sino que se necesita una investigacion diligente y sutil, y por esto muchos ignoran la naturaleza del alma y muchos erraron sobre ella, por lo cual dice san Agustin en el libro 10 de Trinitate: no se busque el alma á sí misma como para ver una cosa ausente, sino procure discernirse como una cosa presente; esto es, conocer lo que la diferencia de las otras cosas, en lo que consiste el conocer su esencia y su naturaleza .
Y aun así, y aun siendo el amor de todo punto espiritual, sé que puede pecar por demasía. Porque Dios, no más, debe ocupar nuestra alma, como su dueño y esposo, y cualquiera otro ser que en ella more, ha de ser sólo a título de amigo o siervo o hechura del esposo, y en quien el esposo se complace. No crea Vd., pues, que yo me jacte de invencible, y desdeñe los peligros y los desafíe y los busque.
Censurar que el alma busque siempre su bien, dijo entonces el Padre, sería tan absurdo como censurar que busquen los graves su centro. Ley es ésta indefectible, donde no hay libertad, donde no cabe ni mérito ni demérito.
Llevé la mano al sombrero y busqué con la vista al sacerdote portador de la sagrada forma; pero no le vi. En su lugar tropezaron mis ojos con un anciano, vestido de negro, que llevaba colgada al cuello una medalla de plata; a su lado marchaba un hombre con una campanilla en la mano y un cajoncito verde en el cual la mayoría de los transeúntes iban depositando algunas monedas.
Y también me enoja, no ya el que no piense en mí y me busque novio, que tiempo hay de sobra y yo no tengo priesa, sino que distraída ella con su general, no me vigile y me deje confiada al adefesio de doña Rita, que, si bien fue su aya, tiene más conchas que un galápago.
Antes que verte caminar a la última degradación, consiento en que reanudes tus amores con él. No me gusta esto, pero antes que lo otro... yo me entiendo. ¿Quieres que le lleve un recadito tuyo, quieres que le busque, que le hable de ti?... Odiosa misión, hija mía; pero si con ella te aparto de la ignominia final, creeré realizar una acción meritoria.
Necesitábamos un barco y un hombre. La doctora habló, orgullosa de su penetración que le había hecho adivinar en ti una fuerza aprovechable. Me dieron la orden de ir en busca tuya, de apoderarme otra vez de tu voluntad. Mi primer impulso fué negarme, pensando en tu porvenir. Pero el sacrificio era dulce; el egoísmo dirige nuestras acciones... ¡y te busqué! Lo demás tú lo sabes.
No conozco detalladamente toda la ciudad, pero en todas las calles y plazas que recorrí, busqué inútilmente gabinetes literarios, no pude encontrar uno. En materia de bibliotecas, una sola tuve ocasion de visitar. Hay en un extremo de la capital, pero dentro de su recinto todavía, un elegante paseo público, con buenos jardines y riqueza de árboles.
Un día habló con tu abuela, y la dijo que te matará si te encuentra al paso... Pero buscarte, no creo que te busque. Se pasa las noches en El Pardo, y algunas veces va de día. Es una rabia de cazar, una locura. Me han dicho que los guardas andan de cabeza.
Por lo tanto no quise alojarme en el principal hotel de la localidad, que a pesar de ser malo era caro, sino que busqué más modesta vivienda. Después de recorrer varias fondas, decidí aceptar la habitación que en su casa me brindaba cierta viuda, mediante muy reducido estipendio.
Palabra del Dia
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