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Actualizado: 26 de junio de 2025


El origen de esto habrá que buscarlo quizá en ternuras domésticas o en hábitos de servidumbre que trascienden sin saber cómo a la vida social. En algunas personas, puede relacionarse el diminutivo con el sino. Hay efectivamente Manueles que nacieron predestinados para ser Manolos toda su vida.

Halló a Úrsula sentada en las escaleras dormitando. Al sentir sus pasos se puso en pie vivamente. ¿Es V., señorito? Yo soy: ¿tienes ahí el bote? Lo tengo amarrado donde siempre para que no sospechen. Voy a buscarlo en seguida. La batelera bajó a la orilla y por ella se fue rozando el agua hasta desaparecer enteramente su silueta de la vista de nuestro joven.

Ya está apuntado... Estese tranquila, niña, que no lo olvidaré... ¿Quiere que le muestre un abanico de papel de colores que le he traído del mercado? ¡Voy corriendo a buscarlo!... Disponíase Ramón a correr en busca del abanico; pero Lita lo contuvo, con aire importante: Me lo mostrarás otro día, Ramón. Ahora estoy muy apurada. Debo continuar pronto mi trabajo. Llévame pues al otro patio...

Tanto el indio como el castila que se siente aquejado de una enfermedad, llama al fraile á la cabecera de su lecho, ó va á buscarlo en sus hospitalarias casas-haciendas, en la seguridad de encontrar ciencia para la materia y consuelo para el espíritu. La hacienda de Imus es una verdadera enfermería del castila, allí el que llega tiene cuidados, cama y mesa.

Esto fué tan repetidas veces, que vino a averiguarse que le buscaban quimera para que lo perdiese. Cuando un artesano necesitaba sombrero, ya sabía dónde buscarlo.

No, no se podría querer más, Julio, no existe dicha comparable a esta mía. A veces tengo miedo, se me ocurre que algo ha de sobrevenir para dañarnos, para deshacer toda esta trama de ilusión. Cuando estoy sola, en casa, siento impulsos de correr a buscarlo y sentirme suya y rechazar ese algo que podría quitarnos la dicha que quiero. Y ahora, Julio, aguárdeme aquí con ellas.

No; salió después de comer. ¿Necesitas verle? ¿es urgente el asunto? Pues entonces... y se rascó la cabeza como si dudase , entonces puedes buscarlo en tu casa; de seguro lo encontarás. No qué demonios tiene que hacer, siempre metido allí. ¿Es que tu mamá juega también a la Bolsa? Juanito no quiso oír más, y salió a buen paso con dirección a su casa.

La falta de este alimento hace que estén en perpetuo movimiento, de un país á otro para buscarlo, de manera que van en grande cuadrillas algunas veces al Casuhatí, otras á las montañas del Vuulcan, ó Tandil, y otras á las llanuras cerca de Buenos Aires, distante 300 ó 400 leguas de su país.

Bien podía ver aquel matón que venía a buscarlo en la soledad del monte, en su propia vivienda; bien podía convencerse de que no le tenía miedo. Y para demostrar mejor su serenidad, sacó la petaca de la faja y se puso a liar un cigarro. El martillo había vuelto a reanudar su tintineo sobre el metal.

Un criado venía a buscarlo para conducirle al lado del señor Aubry. Apresuradamente, Juan pasó el pañuelo por su cara y salió de la pieza. Entonces María Teresa entró, y a su vez se detuvo ante la imagen que había suscitado aquella crisis dolorosa. Una suave melancolía se apoderó de ella, mientras contemplaba su retrato.

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