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Actualizado: 13 de mayo de 2025


Arrebata el viento el polen de una flor, lo deja caer en otra de la misma especie, y de allí a poco brotan nuevas yemas y pimpollos. Sacude el céfiro el ramaje de la palmera macho, y llevando un algo misterioso de ella a la palmera hembra, la hermosea y fructifica. ¿Acaso se tacha de inmoral al botánico que lo observa y escribe?

No contento en devorar con la mirada la nueva verdura, se le veía de vez en cuando arrancar furtivamente de sus tallos algunos nuevos y apetitosos brotes, hojas no desarrolladas aún, y llevarlas á sus labios, con una curiosidad de botánico. He podido asegurarme que este recurso alimenticio que me había sido indicado por la historia de los náufragos, tiene un valor muy mediocre.

La jurisdicción de Camalig es sin disputa una de las zonas abacaleras más ricas, siendo el abacá, ó sea la bandala como se llama en bicol el producto que constituye la riqueza de la provincia. El abacá lo define el sabio botánico filipino Padre Blanco de la siguiente manera: «Musa trogloditarum textoria. Musa de los trogloditas de telares. Corola, el labio inferior, casi sin escotaduras.

Los árboles que los producen llevan el nombre botánico de citrus decumanus. Ya bebidos y comidos, y sintiéndose tranquilos por el silencio profundo que reinaba en la selva y en las orillas del riachuelo, se entregaron al sueño, que ningún suceso vino a turbar. Los gritos de una bandada de papagayos los despertaron al alborear el día.

Paseándose por recientes derrumbaderos ó junto á los montones de tierra traídos desde lo alto de las montañas por las aguas torrenciales, el botánico observa frecuentes perturbaciones en la distribución de las tribus vegetales. Esos fenómenos le interesan, porque, á fuerza de estudiar las plantas, se acaba por simpatizar con ellos.

Fue poeta lírico, épico, dramático y didáctico, novelista, filósofo, botánico, zoólogo, filólogo, autor de cartas y de memorias, de obras de estética y de arqueología, y apenas parece que haya materia sobre la cual no dejase algo escrito.

Entre los paseos de Madrid, intramuros, su renombradísimo Prado, su inmensa calle de Alcalá, cubierta de alamedas en gran parte, y su laberinto y parque de la Fuente Castellana, tienen sin disputa la preeminencia; sin contar los hermosos jardines Botánico y del Retiro.

«Si pensaría Quintanar que una mujer es de hierro y puede resistir, sin caer en la tentación, manías de un marido que inventa máquinas absurdas para magullar los brazos de su esposa. Su marido era botánico, ornitólogo, floricultor, arboricultor, cazador, crítico de comedias, cómico, jurisconsulto; todo menos un marido. Quería más a Frígilis que a su mujer. ¿Y quién era Frígilis?

Y entre sus lindas hermanas, la exótica viridiflora ocultaba sus capullos glaucos, como avergonzándose del extraño color alagartado de sus flores de su fealdad de planta rara, interesante tan sólo para el botánico. Tenía el chalet los dos pisos de rigor; el entresuelo repartido en comedor, cocina, salita y un angosto recibimiento; el principal dedicado a dormitorios y cuartos de aseo.

Dividido en tres partes, la una es propiamente un pequeño y hermoso parque sombreado por árboles seculares y magníficos; las otras dos contienen separadamente el jardín Zoológico y el Botánico. En el segundo se encuentra, durante la primavera, la mas variada y completa coleccion de plantas raras, representantes de la vegetacion del mundo entero.

Palabra del Dia

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